«Cambio» es una de las palabras más repetidas en la campaña electoral que concluirá este domingo en Argentina con la segunda vuelta de los comicios presidenciales; nadie quiere que el país siga en una inercia que le lleva directo a la hiperinflación ni que sus políticos sigan insultándose.
Sin duda, la oposición -en cualquiera de las formaciones que pugnaron antes de la instancia definitiva del 19 de noviembre- fue la que más defendió la necesidad de acabar con el Gobierno de Alberto Fernández (peronismo), que acumula un 142,7 % de inflación interanual, un 40,1 % de pobreza y una brecha cambiaria superior al 200 %.
El discurso más extremo, el del líder de La Libertad Avanza (ultraderecha), Javier Milei, es el que alcanzó el balotaje: «Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre».
Enfrente, peleará por la Presidencia el candidato de Unión por la Patria (peronismo), Sergio Massa, integrante del actual Ejecutivo y responsable de la cartera más comprometida: la de Economía.
Él también abogó por un «cambio» y defendió la necesidad de crear un «Gobierno de unidad nacional» y buscar «consensos»: «El 10 de diciembre se muere la grieta».
Unos 35,8 millones de argentinos están convocados para votar este domingo en una segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se presenta muy reñida y en medio del festejo por los 40 años de democracia ininterrumpida tras el final de la última dictadura militar (1976-1983).
El panorama es tan incierto que no hay un favorito claro. Las encuestas arrojan un empate técnico, ya que algunas dan como favorito al oficialista y otras al opositor; en ambos casos, con poca ventaja.
No es menos cierto que pocos se fían de los sondeos, después de que, en las primarias de agosto, nadie predijo el triunfo de Milei y de que, en las generales de octubre, nadie dio a Massa como ganador y sí anunciaron la victoria de Milei, algunos incluso en la primera vuelta.
La decisión por un candidato responsable de la actual cartera económica -y sus cifras- o por otro que amenaza con planes que, según la mayoría de expertos, son «irrealizables» y pasea una motosierra como metáfora de lo que haría con el gasto público llevará a muchos ciudadanos a votar en blanco.
Las proyecciones marcan que aumentará respecto al 2 % de las generales celebradas el 22 de octubre, en las que, además, hubo un 22,3 % de abstención.
Vía 800Noticias
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