Se han producido pérdidas agrícolas debido a la falta de mantenimiento en los oleoductos petroleros, provocando extensos derrames de petróleo en la zona de los Bajos de Amana, municipio Ezequiel Zamora.
Esto ha traído como consecuencia, una gran contaminación de la flora y la fauna, las lluvias arrastran el petróleo por las cuencas fluviales hasta el Río Amana generando un gran daño ecológico.
El responsable estadal de Voluntad Popular, Leonardo Padilla, explicó que PDVSA no realiza la función del mantenimiento para evitar las distintas rupturas de los oleoductos petroleros: «cuando se revientan las tuberías a través de los parches, producen explosiones de crudo a grandes escalas, llegando a producirse derrames de amplias proporciones y las tuberías no son reemplazadas tal como la seguridad industrial lo amerita, lo que genera nuevas rupturas y lo consiguiente daño ecológico».
Los campesinos y productores de la zona se ven afectados económicamente, ya que, las tierras han perdido su capacidad productiva por la saturación de petróleo de los suelos, exigen «indemnización» por parte de la industria petrolera, exhortó Padilla.
El dirigente también enfatizó que dentro de «las leyes violadas» ante esta situación se encuentra el Art. 61 de la Ley Orgánica del Ambiente, «La gestión integral del suelo y del subsuelo está orientada a asegurar su conservación para garantizar su capacidad y calidad». También, se ven violados el Derecho al Trabajo, el Derecho a un ambiente seguro sano y ecológicamente equilibrado y el Derecho a una economía Sustentable». Estos derechos están contemplados tanto en leyes nacionales como en Pactos Internacionales, donde Venezuela es firmante.
También, Ramón Guerra, productor agrícola de la zona, manifestó su preocupación por lo sucedido: “para los trabajadores del campo y sobre todo para quienes viven de la venta de productos agrícolas, su principal sustento es el generado de las propiedades del suelo, cuando éste es afectado por sustancias tóxicas -en este caso el petróleo- estas propiedades de la tierra son destruidas por la alteración de su composición, inutilizándolos para la producción. También cuando ya hay siembras en el terreno donde se derrama el petróleo, la cosecha se convierte en pérdida total, debido a que ésta absorbe la toxicidad del crudo y es totalmente contraindicada para el consumo humano.”
Los afectados de esta problemática, exigen respuestas inmediatas, para evitar que se sigan produciendo estos «derrames de crudo y antes que las pérdidas económicas, agrícolas y ambientales sean irreversibles». Esperamos la pronta manifestación de las autoridades competentes ya que el Estado tiene el deber de proteger el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica, así como también que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación y garantizar el Derecho al Trabajo» exhortó Guerra.
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