Aunque la Navidad es sinónimo de alegría, las fiestas, los regalos y la unión familiar, son fechas que, como dice una tradicional canción, -prefieren que no llegara-, porque los invade la nostalgia y preocupación por la situación del país; separación de muchas familias y compra de los “Niño Jesús”.
No tener cómo darle un buen regalo a sus hijos es una preocupación de las tantas preocupaciones y que son muy pocos los que tienen dinero para cumplir los deseos de los menores. Peor aún cuando la enfermedad o la muerte toca a su puerta.
Los planes ya casi no se cumplen por la inflación y hasta la devaluación diaria del dólar y del bolívar; lo antes era prioridad, como compar mobiliarios, boletos de viajes, entre otras cosas, paso a un último plano.
“No todo el mundo tiene para pintar su casa, decorar, comprar las pintas para los chamos, los ingredientes para las hallacas y juguetes con un solo sueldo que no supera los 5 dólares, a diferencia de años atrás”, comentó Andrés López.
El maturinés de 59 años asegura que antes las compañías y en cualquier trabajo, estimulaban a sus trabajadores con buenas utilidades o aguinaldos, cajas de panetón, pan de jamón, botellas de vinos y demás, pero solo es un recuerdo.
Al respecto la psicóloga Marisela Ferrer explicó para el diario 2001 que, esto se debe a un Trastorno Afectivo Emocional (TAE), que según explicó es la alteración de las emociones en una época del año específica. “Este es un síndrome que se da hasta en cumpleaños. Es la sensación de estar triste, deprimido e incluso molesto por algo que suele alegrar a los demás, como la Navidad”, señaló.
La experta refiere que esto se debe a experiencias que alteraron la estabilidad emocional de las personas. “Alguno de los casos más normales del TAE es el duelo. No solo por la muerte, pero por la despedida de alguien importante, como un hijo o un padre que se va del país con quien generalmente celebraran estas fechas”.
Ferrer destacó que las señales del TAE aparte tristeza son: desapego social, rabia y ansiedad.
La psicóloga compartió que la preocupación por los regalos de Navidad también desencadena episodios depresivos y de ansiedad en padres y madres de familia.
“Hay cosas que el venezolana ha sacado de sus planes en cuanto el mes de diciembre por no tener dinero para hacerlo, como no comprar tanta ropa, disminuir la cantidad de hallacas que se preparan, no pintar la casa, entre otros detalles». Asegura que cuando se trata del Niño Jesús no pueden dejarlo atrás. Es de las tradiciones más importantes en la historia y quitarle esa inocencia a un niño por no tener el dinero suficiente provoca emociones negativas en ellos. Especialmente si en las épocas anteriores no vivían este problema“, explicó.
Ferrer acotó que la Navidad y el Año Nuevo son fechas duras tanto para los venezolanos en Venezuela y los que se encuentran en el exterior. “Lo mejor es hablar con alguien” sugirió.
Con datos de: 2001
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