Quienes habitan en el caserío de Parare, al sur de Maturín ven con preocupación como las pocas calles de la comunidad se pierden con las lluvias que han caído en las últimos días y que las transforman en verdaderas lagunas.
Según resaltaron los afectados, las vías de acceso están intransitables debido a la cantidad de hueco que tienen las carreteras de tierras y que con el agua se han convertido en humedales generadores de insectos transmisores de enfermedades.
Solicitan a las autoridades regionales y municipales incorporarlos al plan de la «fiesta del asfalto», que permita mejorar las condiciones de la vialidad y por ende de vida que quienes allí residen.
Asegura los vecinos que el tema de alumbrado público es otro de los problemas que los aqueja, destacan que «los pocos bombillos que tenemos son porque nosotros mismos los colocamos. Hemos ido a los órganos con competencia y dicen que nos apoyaran pero no hacen nada».
Resaltaron que hace más de 15 años que no reciben la visita de los entes gubernamentales y que en la comunidad habita unas 1500 personas aproximadamente.
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