Quienes habitan las 44 casas construidas por la Misión Vivienda y que conforman el sector Isis Ochoa, deben caminar cienos de metros para al menos abastecerse de unos cuantos litros de agua que recogen en dos chorritos de la comunidad Alto Guri en Maturín.
«La deficiencia del servicio hídrico se viene presentando desde hace aproximadamente cinco años atrás, sin embargo, en los últimos meses se ha agudizado», resalta el señor Luis Gómez, de 76 años.
En sus palabras evidencia el cansancio de todos los días aplicar la misma rutina para disfrutar del líquido con el cual su esposa y compañera de vivienda de igual edad, realiza las labores diarias.
“Cuando allí (en el chorrito) no llega agua, debemos caminar hasta el tanque o la entrada principal y es más lejos aún. Muchas veces hacemos cola esperando el turno cuando debemos, en mi caso, estar disfrutando la vejez pero no, acá estoy cargando un poquito de agua”, dijo el abuelo.
Enaldo Chacón, es uno de los vecinos de esta populosa comunidad que es vecina de quienes moran en Isis Ochoa. Según su testimonio, actualmente se están paliando con el agua de lluvia que es usada en las pocetas, lavar los utensilios de cocina o limpiar los pisos del hogar.
Asegura que muchas personas madrugan para ser los primeros en agarrar agua por gravedad de los dos “chorritos” que cuenta el sector.
Chacón, destacó que aunque en la comunidad existen dos tanques de almacenamiento del recurso hídrico y unas bombas, “más es el tiempo que estamos sin agua”, al parecer, el agua es desviada a la zona de Los Guaritos o Alto de Los Godos.
Los camiones de aseo urbano tiene 15 días que no pasa por las calles del sector, por lo que, la basura es arrojada en una zona enmontada.
Las aguas negras también se han apoderado de algunas calles del sector y la parada de buses que cubren la ruta 15 ya no llega hasta donde era su destino final.
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