“Es necesario crear un concepto que vaya desde instaurar a través de la educación, la ciudadanía urbana que consiste en el respeto y tolerancia hacia los demás, si no entendemos la convivencia a la cual estamos obligados todos los humanos, no podremos lograr mantener a una ciudad como esta que hoy ha llegado a la edad de 263 años”, así se refirió el doctor Luis Peñalver, Historiador del estado Monagas al asistir al programa El Periódico con los Vecinos que se transmite por la 104.5 Tu Preferida.
La historia de Maturín guarda un especial interés si se toma en cuenta que la ciudad sufrió cinco guerras, en el año 1814 en la Batalla de Urica se perdió la República y en el siglo XIX se produjeron en Maturín dos grandes incendios que fueron devastadores para la ciudad donde prácticamente se perdió todo, “estamos hablando de una Maturín de barro, con techos de madera, era fácil que se produjera un incendio con las dimensiones del que habla el historiador Peñalver, quien comentó que todo lo que se usó para la reconstrucción se introdujo por el río Guarapiche, por lo que Peñalver se pregunta “si esta ciudad renació en sus cenizas, si pudo reconstruirse y levantarse, porque no podemos pensar que no importa los problemas que existen, porque los hay, y no creemos que valga la pena maquillarlos, no podrá salir una visibilidad esperanzadora que nos haga pensar que nuestra ciudad seguirá floreciendo”.
¿En qué consiste el concepto de ciudadanía urbana y por qué es tan importante imponerlo en una ciudad que aparece entre las cuatro primeras ciudades de Venezuela, que ha tenido mayor crecimiento poblacional y que condensa el 60% de la población del estado Monagas?
“El concepto de ciudadanía urbana parte del respeto por el otro, es la simple determinación de la convivencia, nos destacamos como seres humanos porque entendemos estos conceptos, que todos somos diferentes y aun así con esas diferencias la humanidad se ha reorganizado y ha podido crecer solo por eso, tenemos que rescatar los valores, dejar la subjetividad para aprender no solo a amar a Maturín, sino a gozárnosla , para disfrutarla desde el ámbito de la vida, de la poesía, de la música, de la historia en todos los ámbitos en los cuales nos reconozcamos como seres humanos”, expresó el historiador.
¿Cuándo comenzó en usted ese proceso de amar a Maturín?
“Yo nací en Cumanagoto, en el estado Sucre y llegue a Maturín en el año 1974, pues me enamore, me case y me quede en esta ciudad”.
¿Qué estamos haciendo para que esas nuevas generaciones que habitan en Maturín aprendan a amarla?
“Pues estamos poniendo en práctica un proyecto mediante el cual realizamos un inventario social e histórico de todo el estado Monagas, ese proyecto comenzó por Punceres y Piar, por lo menos en Punceres encontramos cosas tan sorprendentes como la casa donde funcionaba la Seguridad Nacional en la época de la dictadura, tenemos que hacer la memoria socio histórica de nuestro estado para construir el sentido que nos hará crecer, si no la hacemos nos perderemos en el tiempo, nuestra visión tiene que ser positiva, el negativismo no nos va a conducir a nada y todo pasa por la educación, antes escuchábamos que la familia es la célula fundamental de la sociedad, pero ahora no es suficiente eso, porque todos nacemos buenos, podemos encaminarnos mal en el tiempo o en la forma como vamos creciendo, lo que tenemos que hacer mediante la educación es preservar estos momentos en la cual más que un habitante somos unos ciudadano”, dijo.
¿Ayer tenía en mi programa una terapeuta que decía que Maturín es una ciudad de buena vibra, quizás sea porque está conducida por dos jóvenes?
“En realidad eso de buena vibra es uno de esos vocablos nuevos, pero sí, pudiéramos decir que si, confiamos en esa jovialidad que tienen nuestros gobernantes por ser jóvenes, pero no se trata solamente de un problema generacional o de edad, es la actitud para entender las cosas, es la vitalidad para enfrentarlas, sin caer en la generalización de las cosas”.
Explicó, igualmente el historiador, que Maturín creció más hacia el norte porque los terrenos eran más factibles para la construcción, hacían más viable el establecimiento de una estructura urbana, el tejido social se construye con el conocimiento de la historia, con la valoración de la misma, con el conocimiento de nuestras realidades.
¿Por qué el maturinés como buen oriental es menos propenso a modales y a las interpretaciones educativas?
“Eso se denomina determinismo geográfico, y es verdad el hombre de las montañas desarrolla digamos de acuerdo con esta hipótesis ciertas características diferentes al que ha crecido con mares y ríos a su alrededor, pero sin duda cualquier modalidad, gesto o comportamiento cae en lo mismo la ciudadanía urbana a la cual todos estamos obligados”, finalizó.
Ernestina Herrera
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