
La población de Barrancas del Orinoco en el estado Monagas, demuestra todos los años la profunda y arraigada conexión entre su fe y el río que sustenta su vida comercial.
Cada 24 de octubre, las imponentes aguas del Orinoco se convierten en el escenario de la procesión fluvial que rinde honor a San Rafael Arcángel, patrono del poblado.
La sagrada imagen es la protagonista del recorrido, que trasladada sobre una chalana, se convierte en el centro de esta manifestación religiosa. Esta tradición, de profundo arraigo popular, no sólo es un acto de devoción, sino también una vibrante fiesta cultural.
Los actos litúrgicos dan paso a una celebración popular a bordo del navío, donde se arma la «parranda» para homenajear al santo, que es invocado como el patrono de los pescadores locales. Esta fiesta es en esencia un Acción de Gracias por un año lleno de bendiciones y por la prosperidad que emana del río.

Para los habitantes de Barrancas del Orinoco, cuya economía y subsistencia dependen íntimamente del caudaloso río, la pesca de especies como el coporo, morocoto entre otros peces; se ha convertido en el motor del comercio. Por ello, San Rafael Arcángel es invocado como el protector de las faenas, garantizando viajes seguros, abundancia en las redes y el bienestar de las familias.
Aunque la imagen viaja en una chalana, es escoltada por numerosos pescadores e indígenas que se suman a la comitiva en sus propias canoas y botes, demostrando la unidad y el respeto hacia su patrono.
Los habitantes de Barrancas del Orinoco se sienten orgullosos de sus manifestaciones culturales. En sus fiestas patronales, la procesión fluvial por el río Orinoco es una cita obligatoria que pone de relieve la identidad histórica y religiosa del pueblo.
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