Un cuarto de siglo después de haber interpretado a Alice en Ojos bien cerrados, la última obra de Stanley Kubrick, Nicole Kidman se atrevió protagonizar un nuevo thriller erótico. Pero el tiempo no pasó en vano. Si aquella producción terminó precipitando el final de su matrimonio con Tom Cruise, esta vez la actriz reveló que pudo manejar mucho mejor la situación: en una reciente entrevista reveló que se sintió tan excitada e incómoda mientras rodaba las escenas de sexo que pidió que se detuviera la filmación.
La película en cuestión lleva por título Babygirl y se centra en la historia de Romy, una directora ejecutiva muy exitosa que, pese a estar casada con Jacob (Antonio Banderas), decide asumir el riesgo de comenzar un romance clandestino con Samuel (Harrison Dickinson), uno de sus pasantes, mucho más joven que ella. El filme fue escrito y dirigido por Halina Reijn.
“Hubo momentos mientras filmábamos en los que pensé: ‘No quiero tener más orgasmos”, reveló la premiada actriz, de 57 años, en una entrevista que fue publicada por el diario The Sun el martes. “Pensaba: ‘No te acerques a mí. Odio hacer esto. ¡No me importa si nunca más me tocan en mi vida!”, agregó.
La protagonista de Moulin Rouge explicó que estuvo “tan presente todo el tiempo” durante las escenas de sexo que fue “casi un agotamiento” para ella, y señaló que a menudo se sentía presionada hasta un punto en el que simplemente se sentía superada por la situación. Además, reconoció que había “una enorme cantidad de intercambio y confianza y luego frustración” entre ella y sus coprotagonistas.
Sin embargo, Kidman señaló que ella, Dickinson, de 28 años, y Banderas, de 64, tuvieron “enorme cuidado” al contar la historia de la película. “Harris, Antonio y yo fuimos muy, muy amables entre nosotros y nos ayudamos mutuamente”, aseguró.
El trío también trabajó con un coordinador de intimidad para las escenas, pero Kidman dijo que ella y sus coprotagonistas todavía no se sentían “condicionados”, por lo que se les ordenó hacer o no hacer. “Sigo creyendo firmemente en el carácter sagrado del set o del espacio de los actores, y que nunca, nunca, se debe violar”, explicó. “Porque es nuestro, es la burbuja, y luego está el mundo exterior”, señaló.
Nicole Kidman explicó que también fue útil para ella tener una directora mujer en el set porque así “no se sintió explotada”. “No creo que hubiera podido hacerlo trabajando con un hombre”, admitió Kidman. “De hecho, creo que la única forma en que podía hacerlo era con ella, porque las dos nos sentábamos y hablábamos”, recordó.
La estrella dijo que ella y Reijn, de 48 años, se sentaron antes de la filmación y hablaron sobre sus “deseos más secretos”. “¡Conversamos sobre tantas cosas! Y todavía lo hacemos. Las fantasías son un tema muy secreto y vulnerable, pero seguro”, afirmó.
“Estando en manos de Halina, sabía que no iba a explotarme… Me sentí parte de todo esto. Era la historia de la que quería ser parte, la que quería contar, y cada parte de mí estaba comprometida con eso”, explicó la actriz.
Nicole Kidman también compartió que, cuando leyó el guion, pensó que era “muy divertido”, pero también estaba “entusiasmada” y “de alguna manera hipnotizada”. Sin embargo, la actriz, que está casada con el músico Keith Urban y tiene con él a sus hijas Sunday Rose, de 16 años, y Faith Margaret, de 13, señaló que conversó con su familia antes de aceptar el papel
Tomado de El Nacional
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