Cumplir sus sueños, ser un excelente profesional en la flauta y destacar, siempre como uno de los mejores, fue siempre el objetivo de Javier Rodríguez, un venezolano que triunfa en Paris.
Oriundo de Maturín, Javier creció junto a una familia de músicos, su madre toca el violín y esto lo inspiró a especializarse en la flauta desde muy chico.
Estudió aproximadamente 6 años en el conversatorio de música, Simón Bolívar, ubicado en la ciudad de Caracas.
En el 2010 obtuvo el premio de Yamaha, luego en el año 2011 recibió el premio del concurso Internacional de Flauta en Caracas y el premio del concurso internacional de Flauta en Santiago de Chile.
Decide viajar a Francia en el año 2012 con las esperanzas de crecer y sobre todo de triunfar, y así ha sido, a través de la flauta ha tocado el corazón de muchas personas, tanto que consiguió la licenciatura en música en el Conservatorio General del Lyon.
“Yo quería estudiar en Francia con la finalidad, de regresar y formar jóvenes flautistas, en Venezuela, porque he tenido buenos profesores, los cuales me han inspirado a enseñar y motivar a los otros», expresó.
Rodríguez comentó a la marca informativa Siete Noticias, que se siente satisfecho por todo lo que ha logrado en su carrera como músico y el apoyo brindado por su familia.
Invitó a todos los venezolanos que salen a diario del país a seguir luchando, que no desmayen hasta lograrlo, porque es muy satisfactorio ver los frutos de los sacrificios.
«Siempre es posible, con voluntad y sentido de compromiso, con la cabeza siempre en alto y actuando de la mejor manera posible», dijo Rodríguez sin dudar que ha sido afortunado de lograr con éxito lo que siempre soñó.
En la actualidad el venezolano se desempeña como docente en la Philharmonie de París.
Es importante destacar que es el primer venezolano en realizar dos Máster en el Conservatorio de París y también el primero en realizar un componente docente en la Universidad Nomandie. Dos calificaciones que lo ubican entre los mejores del mundo.
El apuesto e inteligente joven de Maturín, tiene 28 años y una hermana que ama. Hoy, de visita en Venezuela disfruta del cariño de sus padres y con humildad asegura valorar lo que este país le enseñó a querer.
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