
Durante la emisión matutina del programa, Aigil tomó la palabra para dirigirse a la audiencia con un mensaje directo y emotivo. Con voz pausada, explicó que su decisión responde a razones personales y profesionales:
“Y eso quizás implica no estar al cien por ciento para el canal 100 % para La Bomba, que es un programa que me lo ha dado absolutamente todo…”
Agradeció al canal por las oportunidades y subrayó su deseo de cerrar este ciclo con dignidad, preparada para lo que viene.
De esta forma dejó claro que no se trata de una salida improvisada o reaccionaria, sino de una determinación meditada, motivada por su necesidad de renovarse y buscar nuevos horizontes. Dejó en claro que la decisión nace de un profundo sentido de gratitud y responsabilidad con lo que significa pertenecer aun proyecto de tanta visibilidad.
El equipo de La Bomba respondió al anuncio con una despedida emotiva. Prepararon un video recopilando los momentos más emblemáticos de Aigil desde que se sumó al staff, acompañado de un mensaje lleno de cariño:
“Te agradecemos por tu profesionalismo, tu responsabilidad, tu carisma, tus ocurrencias, tu amor, por cada baile, cada sonrisa… por tu amistad. Has dejado una huella imborrable en nuestros corazones”.
Los compañeros del programa resaltaron su carisma, su autenticidad frente a la cámara y su capacidad para conectar con el público. Su salida, dijeron, deja un vacío en el equipo, pero también una marca imborrable: su energía, presencia y profesionalismo dejaron huella.
Aigil se sumó oficialmente al equipo de La Bomba el 15 de octubre de 2021, como parte de una renovación del staff junto a otro animador. Desde entonces, se convirtió en una de las figuras más reconocibles del programa: alegre, espontánea, versátil, un sello que contribuyó a refrescar el espacio.
Durante estos años, su perfil no se limitó a la conducción: su rol como “host digital” también la puso en contacto constante con audiencia en redes, combinando la televisión tradicional con presencia online un plus fundamental en estos tiempos. Su despedida marca, así, el cierre de una etapa que la consolidó como animadora y figura pública.
La partida de Aigil representa un cambio importante para La Bomba: no solo pierde a una de sus caras jóvenes más queridas, sino también a quien aportaba frescura, dinamismo y cercanía con la audiencia. Su anuncio suena a cierre, pero también a renacimiento.
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