
¿Es la Inteligencia Artificial (IA) un riesgo para el periodismo? ¿Es un arma todopoderosa que nos permitirá resolver los problemas que a diario se le presentan al comunicador social en el mundo de hoy?, todas estas interrogantes fueron resueltas en un diálogo ameno por el profesor Robinsón Rivas, en el taller “Inteligencia Artificial para Periodistas” cuya convocatoria partió del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE).
Rivas, Ingeniero, ex director de la Escuela de Computación de la Universidad Central de Venezuela, quien en su especialización tiene una formación académica en Japón inició su exposición presentando dos láminas con una toma de posesión del año 2009 de Obama y otra del 2017 de Trump ¿ Cuál de ellas tenía un alcance superior y mayor cantidad de personas, la polémica que puso en evidencia como en la transmisión de mensajes a través de IA y desde décadas pasadas se pueden percibir realidades que no siempre son las exactas y cómo las mismas pueden ser transmitidas.
Contrario a lo que pudiera pensarse en su condición de profesor universitario Rivas no descarta el uso de la IA, al contrario, la considera una herramienta extraordinariamente útil, pero no todopoderosa; un recurso que está abriendo nuevos desafíos y posibilidades en el periodismo, pero que no lo hará desaparecer. Un factor que presenta un mar de preguntas abiertas y una certeza: las cosas han cambiado.

Sin conclusión
Después de pasearse por varias de las tendencias más usadas en cuanto al uso de la IA y las cuales presentaremos a continuación termina señalando que no se puede vislumbrar qué rumbo tomará este proceso, por no hablar del escenario que está dejando. Se refirió al impacto de esta tecnología en el periodismo desde diversos ángulos, partiendo siempre de la base de que lo primero que ha instalado en las redacciones es lo mismo que en el resto de los sectores: un gran interrogante manifiesta que la IA se nos presenta como una realidad compleja, rodeada de mitos y sumida en un desarrollo vertiginoso que deja sin aliento incluso a los expertos
El facilitador de Cedice presentó las herramientas más usadas: El ChatGPT, asistente que utiliza IA para generar respuestas coherentes y contextuales. Es ampliamente utilizado para la redacción de contenido, asistencia en programación y soporte técnico, o el Copilot , como las más comúnmente usadas, pero además asistentes Virtuales: Herramientas como Google Assistant y Siri que utilizan IA para ayudar a los usuarios a realizar tareas diarias, responder preguntas y controlar dispositivos inteligentes, aplicaciones como Jasper AI y Frase.io que ayudan en la creación de contenido escrito, optimización SEO y generación de textos creativos para marketing, DeepL una herramienta de traducción automática que utiliza IA , en la edición de videos , el Runway y Synthesia y hasta análisis de Sentimientos, herramientas como NetBase Quid utilizan IA para rastrear la correlación entre marcas y el público, ayudando a las empresas a entender mejor a sus clientes.
Concebir mejor la inteligencia artificial
Para el facilitador si se quiere entender esta tecnología, explotar sus posibilidades y eludir sus riesgos, los periodistas necesitan concebirla mejor.
En su opinión hace falta completar la visión que un periodista debería tener sobre la entrada de la IA en su profesión. Junto con lo dicho sobre sus ventajas (la capacidad de exteriorizar, automatizar y, por lo tanto, masificar y acelerar tareas) y sobre sus límites (su falta de criterio periodístico y sus resultados siempre falibles, con la consecuente necesidad de orientación y supervisión humanas), queda entender el tipo de tareas que se le puede delegar.
La gran revolución del aprendizaje automático, el paradigma que domina la IA desde los años 80, consiste en que puede asumir tareas que no se le han enseñado mediante reglas: las extrae por su cuenta a partir de ejemplos. Este desplazamiento abre las puertas a una de las revoluciones tecnológicas más importantes que haya vivido la humanidad, porque la mayoría de las tareas que realizamos no pueden definirse mediante reglas. Absorber gran cantidad de datos, extraer patrones en ellos y usar esos patrones para hacer predicciones- identifica la revolución del nuevo paradigma de la IA, desde un sencillo clasificador que desvía ciertos correos a la carpeta de spam hasta ChatGPT y los grandes modelos generativos que han explotado en 2022 y 2023.
Dio ejemplos “no podemos analizar miles de documentos oficiales” en busca de indicios de corrupción, pero sí relegar esta tarea a la IA. “No podemos revisar toda nuestra cobertura” para categorizar las fuentes y fotos que usamos y detectar si hay sesgos de género: tarea para la IA. “No podemos identificar el contenido de miles de imágenes satelitales” en busca de indicios de robo de ganado o cultivos ilegales: tarea para la IA. “No podemos etiquetar todo nuestro archivo de fotos y vídeos” para ubicar rápidamente quién aparece en qué situación: tarea para la IA.
También se refirió a los algoritmos como “tiranos invisibles” Una de las preocupaciones más significativas es su posibilidad de sesgos. Los algoritmos se basan en datos históricos y patrones, lo que significa que pueden heredar sesgos de las decisiones humanas pasadas. Por ejemplo, si un algoritmo de contratación se entrena con datos desactualizados en los que predominaban ciertos grupos demográficos, es posible que continúe favoreciendo a esos grupos en el futuro, lo que podría llevar a decisiones de contratación sesgadas.
Redacción: Licenciada Ernestina Herrera
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