Después de los disturbios ocasionados en el Hard Rock Stadium durante la final de la Copa América entre Argentina y Colombia, donde más de 7.000 personas intentaron ingresar a las instalaciones del recinto sin entrada para observar el partido, las autoridades estadounidenses habrían iniciado una serie de averiguaciones para sancionar de manera severa a los responsables de los incidentes suscitados en Miami.
Según información de la Policía, gracias a las cámaras biométricas colocadas en los diferentes lugares del estadio se pudo identificar a las más de 7.000 personas que intentaron acceder al sitio, por lo que se tiene previsto que los involucrados puedan enfrentar penas judiciales por cargos criminales.
Además, de acuerdo con las autoridades, la mayoría de los fanáticos no viajaron directamente desde sus países de origen, sino que son personas con residencias legales en Estados Unidos, situación que podría complicar su estatus legal en el país, debido a la posibilidad de que le sean retiradas las visa o se proceda o la residencia en suelo norteamericano.
De igual manera, si se logra comprobar que las personas que iniciaron los disturbios iban acompañadas de algún familiar, su allegado podría ser deportado de los Estados Unidos.
A raíz del caos suscitado en el estadio, más de 27 personas fueron capturadas, según informaron las autoridades. Uno de los detenidos fue el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, quien junto a su hijo protagonizó una pelea con un guardia de seguridad.
En el encuentro, que tuvo lugar el 14 de julio, los argentinos se impusieron al combinado colombiano 1-0 con un tanto de Lautaro Martínez en el tiempo extra, dándole a la albiceleste su segundo título en la competición continental de manera consecutiva.
Fuente: Versión Final
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