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Especial para El Periódico de Monagas
JR Amundaray
Los III Juegos Deportivos Nacionales sin duda marcaron un antes y un después en la apacible capital monaguense en 1982. No solo en lo referente al plano meramente deportivo, sino también al acontecer mismo de la ciudad, que albergó una cantidad de competidores nunca antes vista en estos predios.
En el aspecto deportivo, se incrementó o formalizó la práctica de varias disciplinas deportivas que anterior a los juegos nacionales no existían o cuya práctica era bastante incipiente, casi al margen de las entidades potencias de entonces.
Entre las disciplinas monaguenses fortalecidas para estos juegos figura la halterofilia, o levantamiento de pesas, con la llegada de los jóvenes entrenadores Jesús Heredia y Elio Rivas, este último cumpliendo también rol de atleta; ambos procedentes de la ciudad de Maracay, estado Aragua.
RIVAS, TRIPLE MEDALLISTA
Luego de participar en los II juegos nacionales celebrados en Ciudad Bolívar, evento en el que representó a su natal estado Aragua, Elio Rivas es tentado a venirse a Maturín, entidad que se reforzaba de cara a la tercera cita nacional de la cual sería sede.
En el evento de 1982, Rivas se alzó con tres medallas de oro, en las modalidades de arranque, envión y total, de los 75 kgs (con récord nacional); convirtiéndose en el primer representante local en lograr tal hazaña. En ese mismo evento, otro monaguense, en este caso Pedro Infante, obtenía tres medallas de plata en los 60 kgs. La competencia de halterofilia de los juegos se realizó en el auditorio del Liceo Francisco Isnardi.
Como era de esperarse, las autoridades deportivas regionales de ese año, cuya dirección estaba a cargo del profesor Elio Martínez, otorgó a la Asociación de Levantamiento de Pesas reconocimiento como Asociación Deportiva del Año.
Aunque el propio Rivas califica como corta su carrera de atleta de competencia, con apenas un período de diez años, no faltaron los eventos de carácter internacional, con torneos continentales y mundiales en esta disciplina de los discos de hierro; siendo integrante de la selección nacional de nuestro país.
El coterráneo se dedicó más a la preparación de atletas como entrenador y con la apertura de la categoría femenina en la halterofilia (año 1990), se convirtió en precursor para la enseñanza de esta categoría en la entidad.
Cinco años después, en los JDN Sucre 1995, llevó a las atletas monaguenses Dubraska Rodríguez, Cemar Vásquez y Carla Fernández al primer evento de la halterofilia femenina, en el marco de los juegos nacionales de ese año.
En la actualidad, además de su profesión de licenciado en Recursos Humanos (egresado de la Universidad de Oriente), Elio Sebastián Rivas se dedica a impartir clases de entrenamiento personal, manteniéndose en constante actividad en el medio deportivo.
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