La situación ha causado una gran polémica en el mundo deportivo internacional, Djokovic había conseguido previamente una exención de parte de la Federación Australiana de Tenis, pero el gobierno entendió que debía presentar documentación probatoria de que estaba inoculado para poder ingresar al país o los documentos necesarios para obtener una derogación médica de la obligación.
«No es un criminal, un terrorista o un inmigrante en situación irregular, pero ha sido tratado de esa forma por las autoridades australianas, lo que ha provocado la indignación de sus aficionados y de ciudadanos de Serbia», dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país en un comunicado.
El jueves hubo una primera audiencia, en la que el abogado que representa al Estado de Australia dijo que no se procederá a deportarlo hasta que se celebre la próxima audiencia, prevista para el lunes.
El Hotel donde esta alojado el famoso tenista lo han apodado el “hotel de los gusanos” y lo han calificado como “una escena del crimen de covid”.
Hasta 2020 el establecimiento se llamaba Rydges y fue utilizado ese año por el gobierno del estado de Victoria, donde se ubica Melbourne, como parte de su programa de cuarentenas en hoteles ante la aparición de la covid-19 y la férrea política del país de combate a la pandemia intentando tener cero transmisión comunitaria del virus.
En el Rydges había poca higiene, mala circulación de aire -las ventanas están completamente cerradas- y el personal no utilizaba equipos de protección adecuados para evitar los contagios de covid.
Los dueños del hotel lo pusieron a la venta y una compañía denominada Ross Pelligra’s Carlton Property Group lo compró con la intención de renovarlo y transformarlo en el nuevo Crowne Plaza Melbourne Carlton durante el primer semestre de 2021.
Pero resultó ser que después de una investigación de seis meses descubrieron que el Rydges había sido el caldo de cultivo de un brote de coronavirus a fines de mayo de ese año que disparó la segunda ola en Victoria, fue el origen del 90% de los casos en ese ciclo y llevó a Melbourne a su cuarentena obligatoria más larga, de casi cuatro meses.
Cuando ese informe salió a la luz, en diciembre de 2020, el gobierno pasó a utilizarlo para transferir de manera forzada a refugiados detenidos y personas que buscan asilo en Australia.
Desde entonces, numerosas denuncias han salido a la luz sobre las condiciones en las que están quienes allí son alojados.
“El hotel es una escena del crimen de covid que debería cerrarse”, declaró en noviembre del año pasado el abogado de refugiados Ian Rintoul al diario local The Saturday Paper.
En diciembre pasado hubo un incendio en el hotel y los huéspedes forzados debieron evacuar el edificio. Uno de ellos terminó en el hospital. Una semana después, uno de los allí detenidos mostró en Twitter una foto de la comida que les daban con gusanos.
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