Con récord de 6-1, Tiburones de La Guaira, aunque sin triunfalismos está con el panorama bastante cómodo para conseguir un puesto a la final y por segundo año consecutivo.
Varios son los factores además del récord y su posición de vanguardia. El primero es que le quedan cuatro juegos con Tigres de Aragua. Basta con dividir para evitar que los maracayeros descuenten.
Entre Cardenales, Leones, Bravos y Tigres se enfrentarán entre sí. A tres de ellos les será difícil darle alcance a Tiburones que puede limitarse a ganar cuatro de 11 juegos restantes y en teoría debería ser finalista.
En cuanto al juego de ayer, el dominio del pitcheo sumado a la sequía ofensiva de Bravos esta semana contribuyó al resultado. Emílker Guzmán tuvo más acción que en su última presentación, motivado a la lesión de Júnior Guerra y alargó el dominio sobre Bravos hasta que se resolvió el problema.
La esquina caliente en el Monumental
El pequeño detalle que inclinó la balanza a favor de Leones del Caracas fue un hit de César Hernández. Parte baja del cuarto episodio, dos outs y dos en circulación: Balbino Fuenmayor y Oswaldo Arcia.
Entonces vino a batear Hernández y mandó una rolata pegada a la raya de la tercera base (la esquina caliente) con mucha intensidad pero de frente al defensor Jecksson Flores. El resultado fue el peor para Cardenales porque Hernández consiguió la inicial, el tercer out no llegó allí y vino a batear el noveno bate más peligroso en la historia de la liga: Gabriel Noriega.
El campocorto de estos días en la alineación de Leones respondió con una trepidante línea entre los jardineros central e izquierdo y limpió las bases para igualar la pizarra.
Fue allí cuando la fiera, es decir Leones, olió la sangre.
Lo que vino después fue el desahogo a tantas súplicas de la fanaticada melenuda sobre la falta de producción de la toletería ¿Quieren un grand slam? Lo tenemos, dijeron los bateadores y Arcia los complació para abrir el marcador.
Inmediatamente el mánager melenudo utilizó al mejor lanzador disponible para darle un cero y quitarle impulso a Cardenales. La estrategia funcionó porque Miguel Socolovich cumplió una vez más. Lo hará más allá de su retiro planeado para el fin de esta campaña, dicen.
Terminó la racha de Cardenales. Caracas volvió a la pelea aunque sabemos que si la virgen fuera andina y San José de los llanos el niño Jesús sería un niño venezolano, cabe la duda del pequeño detalle en el sencillo a la tercera base por César Hernández. Lara, de vuelta al sótano, comienza a sacar cuentas y ligar que Tiburones los gane todos.
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