Con los contagios aumentando aceleradamente por la variante ómicron, incluso entre los vacunados, los especialistas están exhortando a deshacerse de los tapabocas de tela porque podrían no brindar protección suficiente.
Y es que los cubreboca de tela son solo un adorno facial que no es efectivo para bloquear las partículas más pequeñas que portan el virus, pero puede seguir usándolo, solo por encima de las mascarillas recomendadas por los expertos.
El uso del cubreboca sigue siendo en una de las armas para evitar más contagios de COVID-19 y sus variantes como el Ómicron y para protegerse de este es recomendable utilizar mascarillas de primer nivel que cumplan los estándares internacionales y ofrezcan una elevada protección.
Esta tiene como finalidad filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo. Estas mascarillas deben tener el marcado CE y la referencia a la norma UNE EN-149, lo que asegura el cumplimiento de un estándar de calidad.
Este tipo de protección tiene una eficacia mínima de filtración del 92% y de fuga hacia el exterior máximo del 8%. De esta se recomienda su utilización en el puesto de trabajo y en espacios cerrados y concurridos como el transporte público.
Las mascarillas KN95 es también un equipo de protección individual que proporciona un nivel de seguridad similar a las mascarillas FFP2. Además, un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y de la Universidad Northwestern en el Reino Unido, ha realizado un estudio donde concluyen que la tela de las mascarillas NK95 es una de la más eficaces para la protección del virus.
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