Valentina Azócar es bailarina, un talento de Maturín para el mundo. Su vida se define entre los estudios y la danza, una pasión que la mueve a diario, su vía de escape, su alimento físico y espiritual.
A sus 22 años, la vida de Valentina se ha diversificado entre el trabajo, la danza y los estudios de medicina veterinaria en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodriguez.
Es la menor de dos hermanos y vive con sus padres en un populoso sector de Maturín, Los Guaritos V, de la parroquia Alto de Los Godos.
Su mamá, Willianna Marcano, la describe como una joven apasionada y responsable. Esta mujer de 47 años, sobreviviente de cáncer, comenta que, a pesar de haber sido una madre adolescente, el tener a sus hijos tan temprano fue una gran bendición, asegurando confiar en la sabiduría de Dios.
«El tiempo de Dios es perfecto. Cuando me diagnosticaron el cáncer de cuello uterino, ya Valentina tenía dos años. Mis hijos son mi motor, mi fuerza», afirma Marcano.
Asimismo, la abnegada madre resalta el trabajo de su hija en la Compañía de Artes Escénicas del maestro Romer Bottini, un reconocido artista monaguense, de gran trayectoria en el ámbito cultural a nivel nacional, y cuenta cómo desde entonces empezaron a manifestarse cuadros infecciosos en el aparato urinario de la danzarina.
«Desde que Valentina inició en el mundo de la danza, empezaron las infecciones recurrentes, que se prolongaron hasta llegar a tener esa hidronefrosis bilateral renal que ahora presenta», afirmó Marcano.
Eso la llevó a movilizarse de inmediato para gestionar la ayuda para su hija a través del Sistema del 1×10 del Buen Gobierno.
«Lo primero que solicité por la VenApp fue la tomografía para Valentina. Y me llamaron en cuestión de tres días para llevarla a la clínica a realizarle su estudio» dijo la mujer.
Con relación al trámite para la realización del estudio, Willianna refirió que tuvo un trato excepcional por parte de los muchachos del Comando Municipal del 1×10, resaltando que «desde el trato de las personas que me contactaron por teléfono, como el trato que recibí en la clínica, y bueno, el que recibió mi hija, la atención de verdad, espectacular. Ha sido algo maravilloso, de verdad, maravilloso».
Por ello, envió sus buenos deseos al presidente Nicolás Maduro, augurándole un gran porvenir y pidiéndole la continuidad de este programa de atención social.
«Al presidente le diría que, de verdad, muchas gracias, que continúe así; que esa aplicación por nada del mundo se debe dejar caer, que hay que seguir ayudando a la gente con este programa. Y que está haciendo un trabajo espectacular, que lo mejor que él ha podido sacar, es eso» sentenció con mucha convicción.
El presidente Nicolás Maduro ha referido en reiteradas oportunidades que la juventud es un divino tesoro, trayendo a colación al poeta, escritor, periodista y diplomático nicaragüense, Rubén Darío, para exaltar y apoyar a los jóvenes de Venezuela.
Sin duda, esta forma de ayuda que hoy brinda el Presidente a la joven bailarina y promesa de la danza monaguense, a través del Sistema del 1×10, es un acto que sella el compromiso con la juventud de la Patria Bolivariana.
Vía: Prensa Alcaldía de Maturín