Con un ingreso mensual de 400 mil bolívares (menos de 1 dólar) los adultos mayores suscritos al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) no ganan lo suficiente para sobrevivir por sí mismos.
Una encuesta realizada por la Asociación Civil Convite llegó a la conclusión que, al no poder comprar más de un producto de la canasta básica, el 63 % de los adultos mayores depende de los insumos de la caja CLAP.
Actualmente, los precios de la harina de maíz van desde 460 hasta 580 mil bolívares en el Mercado Viejo de Maturín, al igual que la pasta y el arroz. Por su parte, el kilo de carne oscila el 1.800.000 y el de pollo está entre 800 y 1.000.000 de bolívares.
Todo esto indica que los productos más básicos de la canasta alimentaria están fuera del alcance de los pensionados.
Además, la directora de Convite, Francelia Ruiz aclaró que “no todos los adultos mayores de Venezuela tienen pensión del IVSS. En el marco de una emergencia sanitaria compleja, agravada por una crisis sanitaria global por la pandemia por COVID-19, enfrentan grandes dificultades para sobrevivir. Tienen limitado acceso a insumos básicos para salvaguardar su propia vida y serias limitaciones para tener acceso a la salud”.
Así mismo, en el caso de los pacientes renales e hipertensos, este ingreso tampoco alcanza para adquirir medicamentos; ya que, las pastillas más económicas superan los 700 mil bolívares.
Ante esta situación, los adultos mayores deben “eligen entre morir y morir, pues deben o comprar alimentos o medicinas”, concluye Ruiz.