La grave situación registrada en el Cementerio municipal de Maturín, en la que presuntamente trabajadores del crematorio simulaban el proceso de incineración de cadáveres y entregaban cenizas que supuestamente no correspondían a los difuntos, fue condenado por la Iglesia Católica de Maturín.
El presbítero Josué Pérez, rector del Seminario Mayor San Pablo Apóstol expresó “la Iglesia nos enseña el respeto por el cuerpo de los difuntos, que deben ser tratados con dignidad. Para la Iglesia todo lo que vaya en contra de la dignidad humana es deplorable”.
Pérez acotó que “es una situación grave, al punto que implica un delito, que debe ser tratado como tal. De ser cierto, representa engaño y estafa”.
Explicó el religioso que “el daño que ocasiona este tipo de prácticas es lamentable y crean serias dudas, con relación a la falta de humanidad”.
Sobre el proceso de cremación, el guía espiritual precisó “es un procedimiento totalmente permitido, porque no es otra cosa que acelerar el proceso para convertir un cuerpo en polvo. Debe hacerse respetando un protocolo, las leyes y la dignidad del cuerpo que se trata y luego ser sepultados cristianamente”.
El sacerdote explicó que, como pastores tienen el compromiso de acompañamiento y asistencia espiritual a los familiares afectados, quienes reviven el proceso inicial del dolor.
“Los sacerdotes nos hacemos cercanos a ellos y pedimos por las almas de los difuntos”, aseveró Pérez.
Finalmente agregó “esperamos que las familias puedan tener el consuelo de la verdad, que se les atienda y asista, incluso, espiritualmente”.
Hizo un llamado a las autoridades a dar respuesta próximamente a los deudos y sea esclarecida la situación, en beneficio de toda la colectividad monaguense.
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