Rómulo Pizzica, es un venezolano con sangre italiana, que nació en el estado La Guaira, hace unos 56 años.
Ha recorrido al mundo en bicicleta y actualmente está dándole la vuelta al país, en su misma bicicleta, esta vez con el firme propósito de ayudar a los niños en situación de calle.
El principal motivo de su viaje en bicicleta por la nación, es recolectar fondos para la Fundación Aldeas Infantiles S.O.S Venezuela, que se encarga de recoger a niños en situación de calle, les busca una familia y lugar donde vivir. El proyecto lo bautizó como «dona un dólar por cada kilómetro».
En el año 2015 se fue de Venezuela hasta Alaska, en Australia recorrió 10 kilómetros, por motivos de visa tuvo que regresar a Europa, donde trabajo por cierto tiempo.
En 2006 realizó su viaje más importante desde España hasta la India, aproximadamente duró casi nueve meses.
“Me considero un buen aventurero, no organizo mis viajes, tengo mis mapas. Yo sé al lugar donde voy, los kilómetros que recorreré. Todo es el día a día, viajar en bici es toda una aventura, consigo un lugar seguro para dormir, no espero que me agarré la noche. Ya a las tres de la tarde estoy preguntando donde quedarme”, dijo Pizzica al asegurar que cada recorrido tiene horario diurno.
De igual forma, agradece siempre a todos los policías y bomberos del mundo, porque siempre le brindan apoyo en la maravillosa aventura.
En cuanto a la seguridad de su bicicleta está totalmente equipada para estos viajes, al punto de alcanzar unos 60 kilogramos de peso sólo en equipaje.
“Gracias a todos los que me ayudaron a comenzar el viaje, principalmente a mi ángel de la guarda por no quitarse de mi lado y bueno a mis patrocinantes”, detalló nombrando en Monagas a Old Biker’s.
Más que una motivación, montar bici siempre ha sido parte de su vida, ha sido ciclista desde su infancia. El primer viaje fue en Venezuela a la Gran Sabana, salió con un amigo, fueron a escalar el monte de Roraima, aunque su viaje fue en carro se llevaron las bicicletas.
Fue en ese viaje donde donde descubrió que podía usar la bicicleta para recorrer al mundo, viajar y llevar sus cosas.
El hombre de 56 años comentó al Periódico de Monagas que en el año 2001 le dieron una visa trabajo para Australia, su bicicleta no pudo faltar, allá la armó con todas las herramientas y bolsos especiales que tiene y es donde inicia la aventura, que hoy desarrolla por todo el territorio venezolano, con el respaldo de muchos amigos y apostando por el trabajo la Fundación Aldeas Infantiles S.O.S Venezuela
“No es que me desperté un día y dije, me voy para el mundo. Todo fue poco a poco”.
En 15 años pudo recorrer a 45 países, más de 50 mil kilómetros y a los 5 continentes. Para el venezolano, no hay un lugar preferido, viajar de esta manera le ha permitido conocer y llevar un estilo de vida diferente.
“Viajar en bicicleta es conocer gente, ayudar a quien pueda, a la naturaleza y a la misma cultura. Cuando las personas en otros países saben que soy de Venezuela, me ayudan, preguntan muchas cosas y bueno, les apasiona la parte de viajar. Hasta fotos se toman conmigo al saber que he recorrido en el mundo de esta manera”, aseguró el ciclista sintiéndose orgulloso de todo lo que ha logrado hasta ahora.
En el año 2013 regresó a Venezuela y en 2015 finalizó el recorrido en las tres américas y se fue para Alaska.
A Pizzica se le hace fácil adaptarse a los cambios climáticos, a las culturas de cada lugar que visita, para él conocer es lo mejor que ha ejercido en su vida. Y bueno también cuenta que ha tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa.
Habla tres idiomas inglés, italiano, francés, maneja el lenguaje de señas. En cada destino que emprende va preparado para eso su cuerpo tiene una buena alimentación, conoce su cuerpo a la perfección. Pizzica está acostumbrado a su pasión, tiene una excelente comodidad para llegar lejos.
En su bicicleta tiene aproximadamente más de 60 kilos entre comida deshidratada, poca ropa, agua, entre otras cosas.
“El primer viaje fue fuerte, pero luego me acostumbre, esa vez recorrería 150 kilómetros. Llevaba todo amarrado y quede destruido, era incómodo por el calor”, detalló.
La bicicleta está diseñada para recorrer el mundo e incluso, tiene su mapa en físico, va preguntando a las personas que encuentra por el camino. Su principal miedo es el de las personas, la experiencia que ha tenido es la intuición.
“No espero que me agarre la noche, siempre localizo puestos policiales, de bomberos, es mejor estar seguros”, agregó.
Pizzica asegura que lo más importante es desarrollar la intuición desde que una persona se acerca, ya conoce sus intenciones. Considera bonito conocer a las personas.
Al llegar a Monagas, conoció a gente maravillosa, lo recibieron con cariño, amor y respeto. Llegó por los lados de Cumanacoa, estuvo en Caripe, San Antonio, pasó por Aragua de Maturín, hasta llegar a la casa de una compañera de nombre Lorena, quién le ha permitido conocer parte de la ciudad.
Para el venezolano, las Puertas de Miraflores son hermosas, es el templo, sea para las escaladas y bueno por su gente que siempre lo recibe de buena manera y es un lugar cómodo y agradable, para estar en contacto con la naturaleza.
Tiene pensado irse entre jueves y viernes hacia Barrancas, llegar a Puerto Ordaz y estar en la recta final que es subir hasta la Gran Sabana.
Si llega hasta Santa Elena de Uairén y está abierta la frontera, piensa visitar a Boa Vista, todo va a depender de la situación pandemia y de la frontera.
“Más que valentía se vuelve un estilo de vida. Cuando voy en carretera siempre pienso que todo saldrá bien. Me gusta socializar con las personas”, enfatizó.
Pizzica resaltó que siempre tiene aliados, los cuales les dan la mano en sus viajes de aventura.
“Lo que le pasa a la bicicleta lo arregló yo. Tengo donde comprar comida. Gracias que todos los viajes mis patrocinantes me ayudan a llegar lejos”, dijo.
Siempre, ha sido un hombre dedicado a sus viajes, es orfebre, guía, escalador y desea viajar hasta que tenga fuerzas. Los viajes siempre serán más cortos.
También, uno de sus deseos es poder escribir un libro, para que sirva de guía y así motivar a las personas a viajar de una buena manera. Quiere devolver lo que en algún momento recibió y bueno ayudar a los niños que es lo más importante en su vida.
En instagram lo pueden seguir como @nomadaenbici