Aunque el personal sanitario que labora en el módulo de Misión Sonrisa en la ciudad de Maturín, tiene todas las ganas de trabajar y seguir brindando la buena atención que hasta ahora vienen prestando, no es suficiente para satisfacer la demanda de los pacientes.Según denunciaron los afectados, desde el mes de abril no hay materiales para atender los requerimientos de quienes acuden al centro odontológico en búsqueda de una solución a sus problemas dentales y tampoco les permiten a los pacientes llevar los materiales como anestesia y aguja.“La Misión Sonrisa se ha convertido en misión tristeza, y da dolor ver como una de las políticas de bienestar que creó el presidente Hugo Chávez, se encuentra en el suelo”, acotó Reinaldo Alfonso.Otro aspecto que destacaron los denunciantes es la relacionada con las personas de la tercera edad al no recibir la atención preferencial, por lo que deben hacer colas bajo el sol e incluso, en oportunidades bajo la pertinaz lluvia debido a que no existen sillas que les permita estar en reposo.Solicitan al gobierno nacional revisar y recortar gastos innecesarios y reorientarlos a dar un reimpulso y apoyar las grandes misiones, “son planes que fueron creados para beneficiar al pueblo que no cuenta con los recursos para acudir a un odontólogo profesional”, acotó Luis Meneses.

La reina Isabel II, que está celebrando su «jubileo de platino», ha pasado 70 años en el trono, más que cualquier otro monarca británico, capeando crisis sociales, escándalos familiares y últimamente crecientes problemas de salud.Encorvada sobre su bastón, pero con una amplia sonrisa, vestida de amarillo de la cabeza a los pies, la monarca de 96 años apareció por sorpresa hace algunos días en la inauguración de una nueva línea del metro que lleva su nombre en Londres.Fue su primer acto oficial desde hace meses fuera de Windsor, tras cancelar su participación en numerosos eventos desde octubre entre crecientes problemas de movilidad.Estos la llevaron el 10 de mayo a delegar por primera vez en el príncipe Carlos el altamente simbólico «discurso del trono» ante el parlamento, un importante paso en una progresiva transición de las funciones monárquicas a su heredero.Pero, pese a su edad y achaques, ha seguido recibiendo en el Castillo de Windsor a embajadores y responsables políticos, fiel a su trabajo, como ha sido el caso durante las siete décadas en que ha puesto su vida al servicio del país.«Para ella, ser reina es un gran papel, mayor que ella», explicó a la AFP Kate Williams, autora de «La joven Isabel: la creación de una reina», cuando se cumplieron los 60 años de su reinado en 2012.Entregada estoicamente