En lo que va de año, trabajadores informales de la calle Monagas en pleno centro de la ciudad, reportan una caída en las ventas de un 90%. Afirman que esto se debe al bajo poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos y solo en días especiales como el de las madres y el padre, «estuvieron un poquito mejor».A pesar de esta situación, propietarios de puestos que por muchos años se han dedicado a esta actividad, señalan que con lo poco que se hace, pagan a sus empleados. Asimismo, ahora viajan menos a Caracas a comprar mercancía. MIRA TAMBIÉN Familias en Viento Fresco llevan 20 años colando el agua para consumirla MIRA TAMBIÉN Familias en Viento Fresco llevan 20 años colando el agua para consumirla “Antes uno iba a la capital una vez por semana a comprar mercancía, pero ahora es una vez al mes o con suerte cada 15 días. Algo que queremos en reunirnos con la alcaldesa Ana Fuentes y el gobernador Ernesto Luna para hablar del tema de la reubicación, estamos conscientes de que hay muchos buhoneros y se deben despejar las vías”, expresó Núñez.De igual forma, recordó que había un espacio ubicado en el Paseo Bolívar frente a la escuela Vicente Salias donde hay 50 puestos, pero aseguró que no se vendía nada por ser un
El presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela en Monagas, Héctor Villalba, informó que la tasa de desempleo en la entidad se ubica en 45%, a su juicio, muy por encima de la media nacional.Villalba explicó que esta situación se debe a los bajos salarios que perciben los trabajadores, principalmente de la administración pública. Es por ello que prefirieron trasladarse del sector formal al informal, aunque no tenga ningún beneficio como día feriado, bono vacacional, aguinaldos entre otros. MIRA TAMBIÉN Fundatierra promueve intercambio cultural entre Waraos deltanos y el sector cacaotero monaguense MIRA TAMBIÉN Fundatierra promueve intercambio cultural entre Waraos deltanos y el sector cacaotero monaguense “Lamentablemente estamos por encima de la media nacional y esto se debe a una situación de supervivencia. Quienes se quedaron en el sector formal, tienen que tener dos y tres empleos, lo que llaman matar tigre porque lo que ganan es insuficiente para subsistir”, dijo el presidente de la CTV.De igual modo, agregó que al menos el 30% de los profesionales han dejado de ejercer sus oficios para dedicarse a la parte informal o simplemente se ha ido del país. Entre los oficios que más han crecido en la parte comercial están servicios, reparación de electrodomésticos, teléfonos celulares, etc.En el sector educativo los profesionales en química, matemática, física e inglés muy pocos profesores
La venta de caramelos de menta se ha hecho muy popular en las últimas semanas en Maturín, esto debido a que los bombones que eran muy comprados, escasean desde el 22 de diciembre.Vendedores informales que tienen sus puestos en el centro y los que abordan unidades de transporte público, manifestaron que estos dulces de menta están «salvando la patria». Anteriormente el boom eran los bombones traídos de Brasil, pero debido a que no se consiguen, la opción son los caramelitos. MIRA TAMBIÉN Gobernación priorizará 10 programas de atención a la mujer MIRA TAMBIÉN Gobernación priorizará 10 programas de atención a la mujer Hay quienes compran con regularidad estas chucherías no solo para refrescar el aliento sino para engañar el estómago cuando tiene hambre. Tal es el caso de Luis Bravo quien comentó que muchas veces no tiene para comprar un cachito o un pan y compra los caramelos masticables.«En otras épocas el mata hambre es el mango o la pumalaca, pero ahorita no estamos en temporada y como no se consiguen los bombones de chocolate están los caramelos masticables. Pueden ser de menta o también los que son rellenos», contó Bravo.Una vendedora del centro manifestó que por ahora solo vende caramelos de diferentes sabores mientras vuelven a traer los chocolates brasileños.
Buhoneros de diferentes calles de Maturín registran bajas ventas de hasta 50% y afirman que a pesar de que muchos trabajadores comenzaron a cobrar los aguinaldos, apenas alcanza para comprar lo que puedan en comida.«Hay mucha gente en la calle, pero no hay muchas ventas. El que sale es a comprar comida, esa es la realidad del país. A diferencia de años anteriores este ha sido peor, por lo menos 2020 que fue más fuerte la pandemia hubo mejores ventas», expresó Carmen Núñez vendedora de la calle Monagas. MIRA TAMBIÉN Avanza vacunación contra el covid-19 y fiebre amarilla en Monagas MIRA TAMBIÉN Avanza vacunación contra el covid-19 y fiebre amarilla en Monagas Aseguró en otras épocas viajaban casi a diario a Caracas a comprar mercancía porque las ventas eran buenas. Actualmente la ropa de adulto no se está vendiendo por lo que la gente solo está comprando ropa de niños, aunque «graneadito».«Ojala que después de las elecciones arranquen verdaderamente las ventas, porque ahorita el que compra es porque tiene un familiar que le manda de afuera. Así es que se está moviendo la economía hoy en día porque con un sueldito no se puede vivir y menos comprar ropa», indicó Arelys Ramos, otra vendedora informal.
En las últimas semanas se ha visto un acelerado crecimiento de la economía informal en Maturín donde las personas ofrecen cualquier producto para vender y así sobrevivir a la crisis actual. Una de las consecuencias que trajo la pandemia del covid-19 fue el cierre de empresas que dejó sin empleo a muchos trabajadores.Tal es el caso de Víctor Febres quien por más de seis años se desempeñó como chofer en una empresa de transporte, pero debido a su cierre quedó desempleado. Esta situación lo obligó a buscar manera de ganarse la vida y llevar el sustento a casa vendiendo sombreros tejidos, lápices, rollos de hilos entre otros artículos. MIRA TAMBIÉN Vendedores informales sobreviven con lo poco que venden a diario MIRA TAMBIÉN Vendedores informales sobreviven con lo poco que venden a diario “La situación del país obliga a buscar la manera de sobrevivir, yo estuve 6 años trabajando en una empresa de transporte pero por la pandemia se fueron del país. Algo que he notado es que hay mucha gente en la calle vendiendo, entre ellos niños, mucho más que antes, eso se presta para que aprendan cosas malas”, opinó Febres.Norelis Herrera quien tienen más de 20 años dedicada a la economía informal, manifestó su preocupación por la cantidad de niños que ha visto en la calle vendiendo. Afirma que
El siguiente reportaje de la agencia EFE revela lo que ha sido la informalidad durante la pandemia en América Latina.El venezolano Adrián Valero y su familia están en pie a diario desde las 8 de la mañana para repintar los pasos de cebra en las calles de La Paz. En la oriental Santa Cruz, el boliviano Ronald López sale con un carrito ambulante todos los días para vender mascarillas, alcohol en gel y otros elementos de bioseguridad. MIRA TAMBIÉN Destinan más de Bs. 65 billones para pagar bono a jubilados del sector público MIRA TAMBIÉN Destinan más de Bs. 65 billones para pagar bono a jubilados del sector público De profesión técnico en electrónica, Valero no ha podido ejercer su oficio desde que llegó a Bolivia hace unos dos años, pero busca la forma de subsistir junto a los suyos al igual que López, quien en el último año ha tenido que recurrir a la venta ambulante.“Perdí mi trabajo porque por culpa de la pandemia hubo recorte de personal y todo eso me llevó a hacer diferentes cosas. Vendí gelatina de pata, iba a ambular calle por calle, gritaba con fuerza. Mi amigo me dijo ‘pongamos esto’ (el carro ambulante). Él puso el capital, yo puse otras cosas y así”, comentó López a Efe.El hombre ya lleva alrededor de medio
Ya sea pidiendo cola o a pie, a diario muchas madres y padres de familia salen a trabajar vendiendo ropa u otro tipo de artículos. La falta de un empleo formal, obliga a que tengan que salir en busca del sustento para sus hijos.Dalia De Pablos quien tiene un puesto en la calle Monagas, pero que en semana radical no puede instalar sino improvisar para vender ropa, cuenta lo difícil para sobrevivir en plena cuarentena. MIRA TAMBIÉN Asadura, molleja, hígado y patas de pollo es lo que compran en Maturín MIRA TAMBIÉN Asadura, molleja, hígado y patas de pollo es lo que compran en Maturín “La policía no nos deja trabajar en las semanas radicales, cuando vemos que tienen tenemos que correr para guardar la mercancía y que no nos la quiten. A veces recibimos maltratos de parte de algunos policías que nos insultan, pero tenemos que salir a trabajar porque no tenemos ningún tipo de ayuda del gobierno”, indicó De Pablos.La trabajadora informal narra que las ventas son muy bajas en la cuarentena radical, a pesar del temor por contagiarse de covid-19, asegura que tiene que salir para “no morir de hambre”. Aunque está registrada en la página de la patria como trabajadora independiente, el bono “Quédate en casa” no lo recibió y el sector donde vive; Santa Inés,