Un antiguo equipo de sonido ambienta con música instrumental la pequeña sala de Cira Madrid, de 83 años, que espera pacientemente a Morella Russian para tomar café con galletas y ponerse al día. Es una visita que trae «luz» a su vida.Hablan por teléfono semanalmente, y otras veces se ven personalmente. Russian es voluntaria de un programa de acompañamiento de la ONG Convite, destinado a adultos mayores en situación de vulnerabilidad, y que para algunos es un «alimento del alma».El objetivo es guiarlos en las dificultades que pueden tener en su proceso de envejecimiento en medio de los efectos de la crisis: migración de familiares, pérdida del poder adquisitivo y el depauperado sistema de salud.Labor de ConviteEl hijo de Madrid, por ejemplo, emigró a Costa Rica en 2015. Pero «tiene añales que no me manda ni medio centavo». Así comenta con voz quebrada y lágrimas esta mujer pensionada.«Últimamente es que me llama, porque no me llamaba, y eso porque un día comencé a hablar con él y le dije: mira, hijo, aquí estamos pasándola (mal)».Y hace meses comenzó su relación con Russian, a quien percibe como un «familiar» más, una «luz que llegó a mí», una «bendición».«¡Buena moza, mía!», le dice Russian al saludarla con un afectuoso abrazo. «¿Cómo has estado? ¿Estás tomando sol?», continúa preguntándole como una forma de

Cipriano Medina, con 76 años, aún está en la calle trabajando para poder comer; ni la pensión ni los bonos que otorga el gobierno nacional son suficientes para costear sus necesidades básicas. La Organización No Gubernamental (ONG) Convite en su último informe, señaló que el 86,9 % de los adultos mayores de Venezuela está en situación de pobreza, por lo que deben hacer maromas para poder sobrevivir.Así como la de Cipriano hay muchas historias. Él cuenta que viaja desde Yaracuy hasta el centro de Barquisimeto, dos veces por semana, a vender semerucos. «Tengo matas en mi casa y así aprovecho para comprar comida, porque la pensión no alcanza», dijo mientras con sus manos embolsaba la fruta que trae en un tobo. Detalló que la bolsa sale en Bs. 5, pero no todo el tiempo tiene ventas buenas y lo poco que hace es para poder comer. Tiene hijos, pero con firmeza dice que no quiere ser una carga y prefiere salir a trabajar mientras pueda valerse por sí mismo.Según la ONG Convite, ocho de cada 10 personas con más de 60 años vive en pobreza, mientras que cuatro de cada 10 vive en extrema pobreza, advierten que si bien es cierto que el 70% tiene una pensión de vejez, denuncian que estas no tienen ningún poder adquisitivo. Hoy ese monto

A mediados de 2021, tres hombres sin identificar mataron a golpes a un septuagenario colombiano en situación de calle, para robarle sus pertenencias, en el centro de Barquisimeto. Carlos Aurelio Mendoza es uno de los 251 ancianos asesinados en Venezuela el año pasado, revela la asociación civil Convite en la última entrega de Vejez en riesgo: informe de victimización de personas mayores.La ONG documenta las muertes violentas de adultos mayores en el país desde 2016. Los resultados del estudio correspondiente al año 2021, auspiciado por la Unión Europea (UE), fueron presentados este martes, 1° de febrero, en Barquisimeto. MIRA TAMBIÉN Se detectan siete nuevos casos de Covid-19 en Monagas este 1Feb MIRA TAMBIÉN Se detectan siete nuevos casos de Covid-19 en Monagas este 1Feb Según el director general de Convite, Luis Francisco Cabezas, el número de ancianos asesinados en Venezuela va en aumento desde hace cinco años. La vejez dejada atrás como consecuencia de la migración, la falta de atención del Estado; la negligencia o impericia figuran y los maltratos a grupos vulnerados, exacerbados tras el confinamiento por la pandemia del COVID-19, figuran entre los detonantes, sostuvo.Cabezas señaló que 62% de las víctimas tenía entre 60 y 70 años de edad; el móvil en 20 % de los homicidios es el robo y al menos 6 de cada 10 asesinatos

Dos ancianos murieron de hambre en su apartamento de Puente Hierro – Caracas, se confirmó tras hallar los cadáveres de los septuagenarios en un estado de desnutrición severa. Los hermanos Silvia y Rafael Sandoval murieron de inanición tras padecer desde hace tiempo los efectos de la crisis económica venezolana, confirmaron los vecinos.Ivette Hernández, vecina de los hermanos dijo a CaraotaDigital que “vivían de la pensión y de la caja de comida que da el Gobierno. Más nada. De lo contrario, solo comían lo que le cocinábamos nosotros, sus vecinos”.Hernández y los demás vecinos se enteraron de la muerte de los hermanos cuando no respondieron a la puerta. Así mismo, las sospechas se incrementaron al darse cuenta que nadie apagaba las luces del apartamento, por lo que llamaron a las autoridades.Los bomberos ingresaron al piso 9 del edificio por la ventana, mediante una técnica de rappel y ahí, encontraron a Silvia muerta en la cocina y a Rafael en su habitación.Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) se encargaron del levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados a la morgue de Bello Monte.