Con la Palabra de Dios en las manos, el pastor evangélico Yomir Aguilera llegó a la redacción de El Periódico de Monagas para ofrecer su versión de los hechos, en lo que lo acusan de agredir a dos mujeres en el sector La Murallita.
«Me declaro inocente, yo trabajo para Dios», exclamó el hombre, quien lidera el Centro de Rehabilitación Iglesia Misionera León de Judá en Maturín.
Aguilera fue detenido el pasado 30 de septiembres luego que, según, lanzara contra el suelo a dos mujer y vociferara obscenidades contra una de ellas, y un grupo de personas intentara lincharlo.
El pastor, que ha viajado por varios países de América llevando el mensaje de Dios, dijo que todo ocurrió luego de un inconveniente familiar con las supuestas agraviadas.
«Llamé a la policía para mi resguardo», contó el hombre sin imaginar que viviría un difícil momento.
«Cuando llegaron los policías, José Álvarez y Faría Rodríguez -El Pupa-, me pidieron 300 dólares. Al decirles que no tenía dinero me llevaron con ellos hasta la base de la policía para firmar una fianza», dijo.
Agregó el pastor que al momento de ingresar a la comandancia de Polimaturín «me dijeron: estás caído, y me dieron un cascazo. Me rayaron por todos y me amenazaron de muerte y si colocaba la denuncia en la radio y periódicos, donde me vieran me iba a sembrar droga».
«Declaro delante los ojos de Dios que soy inocente. Nunca toqué a esas mujeres, lo único que hago es llevar la palabra y alimento a los desahuciados, enfermos, personas en la calle y adictos», reafirmó Aguilera exigiendo se haga justicia. «Yo los había demando por extorsión; (El Pupa) se aprovechó del momento».
Ahora Aguilera se encuentra en libertad bajo régimen de presentación y pide al jefe de la Policía Municipal, Antonio Pérez, revisar tal situación y brindarle seguridad; misma petición realizó para la Fiscalía 11 del Ministerio Público, la cual lleva el caso.
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