A pesar de que este jueves 14 de octubre se celebró el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, en Venezuela este tipo de cirugías dejaron de realizarse desde hace aproximadamente 4 años, condenando a muerte a un importante número de personas.
Los pacientes que requieren algún órgano solo dependen de Dios. Los tiempos difíciles comenzaron en el 2014 cuando el Sistema de Procura de Órganos para Trasplante (SPOT) de la Organización Nacional de Trasplantes (ONTV) suspende sus funciones por disposición del Ministerio de Salud, dando paso a la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), según indica Civilis Derechos Humanos (CDH).
Esta situación ha generado un impacto negativo en la población y dificulta recuperar la salud y la vida, tanto de niños y adolescentes, que tienen una patología bastante comprometida y urge de una operación.
«Desde entonces, se inició una caída del número de trasplantes, que culminó con la notificación realizada por Fundavene de la suspensión del programa de donante cadáver en todo el país a partir del 01 de junio de 2017 por no poder garantizar el suministro de inmunosupresores (tratamiento necesario para impedir que el cuerpo rechace el nuevo órgano o tejido)», refiere CDH en un comunicado a la opinión pública.
Otros factores que influyen en el deterioro de la salud del paciente, está el suministro irregular de medicamentos inmunosupresores de mantenimiento, las fallas del tratamiento previo al trasplante, las deficiencias en la red hospitalaria, el deterioro de los servicios y la migración del personal calificado.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONTV) ha estimado que en el caso de las personas que presentan enfermedades renales en condición de ser trasplantados, han perdido en estos cuatro años, 960 oportunidades de restituir su buena salud y calidad de vida, de las cuales 150 pudieron ser para niños, niñas y adolescentes siempre considerados prioritarios en los Programas de Trasplante para evitarles complicaciones inherentes a la enfermedad renal crónica y además para garantizarles el acceso a la salud como prioridad absoluta.
«Los pacientes que reciben tratamiento en las unidades de hemodiálisis presentan además un deterioro importante de su condición de salud porque en muchos casos, reciben menos horas de diálisis debido al suministro irregular de agua, a la reducción del personal, no pueden acceder a los medicamentos e insumos que requieren, presentan problemas de movilidad para poder llegar a las unidades y adicionalmente deben continuar realizando la diálisis, tres veces a la semana, sin contar con la esperanza y la oportunidad de vida del trasplante», refiere CDH.
La Organización Nacional Trasplantes de Venezuela, con 14 años constituyendo a la donación de riñón e hígado de donantes fallecidos, plantea la apertura de un centro de trasplante de órganos y retomar el Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (STOP).
“El tiempo de espera de un paciente y su riesgo de muerte durante el mismo, requiere de una respuesta oportuna y ajena a cualquier sesgo político” refiere un comunicado de ONTV.