En un estudio realizado por la web especializada en animales de compañía Wamiz, el 90 % de los propietarios de gatos y perros asegura que el dolor que habían sentido al perder a su animal de compañía era semejante al de perder a una persona de su entorno.
Los animales son nuestros seres queridos y su muerte nos afecta como tal. Que nuestra relación con ellos ha cambiado en los últimos años queda claro echando un vistazo a los programas electorales: casi todos los partidos progresistas incluyen en mayor o menor grado medidas centradas en ellos. Entre las más llamativas está la de Barcelona, España que ofrece “un servicio de acompañamiento de duelo y despedida de los animales de la familia, un servicio integral desde el momento del deceso hasta su destino final”. A juzgar por los testimonios de quienes han sufrido la pérdida de un animal, es una propuesta necesaria.
Ocultar los sentimientos es, según la psicóloga Beatriz Cuervo, lo más nocivo que se puede hacer ante la pérdida de una mascota. “Minimizar lo que sentimos no trae consecuencias positivas. El dolor por una pérdida es normal”, explica, “Puede que en determinados contextos familiares, sociales o laborales nos de vergüenza admitir que estamos tristes o que sentimos ese vacío que acompaña a una ausencia por un animal de compañía. En ese caso lo adecuado sería intentar hablar con alguien que haya pasado por una situación similar aunque no sea nuestro mejor amigo o amiga, sino quizá alguien con el que coincidimos paseando a nuestros perros en el parque”.
El duelo es por definición el “dolor o aflicción causados por la muerte de alguien”, y, por convención, “el precio que pagamos por querer”. Cada persona lo vive de una manera y no hay una forma correcta de afrontarlo. El estudio de Wamiz revela que cada vez es más grande el dolor de las personas ante las pérdidas de sus mascotas.
Muchas personas que conviven con animales que enferman o mueren no encuentran apoyo en sus trabajos a la hora de pedir días libres para enfrentarse a la enfermedad o el duelo.
Redacción: Ernestina Herrera