28Mar2024

Farándula, venganza y política

Por: Gloria Cuenca  |   15 Feb, 2023 - 11:36 am

Me referiré a un tema que alguna gente ha considerado trillado. Parece innecesario, sostienen pensantes e intelectuales, dedicar tanto espacio a la separación y posterior divorcio de la excelente cantante Shakira y al estupendo jugador de fútbol, Piqué. Tampoco ha escapado del “cotilleo” como dicen los españoles, el caso de Vargas Llosa e Isabel.  Escribí sobre eso, no insistiré.

Nadando contra corriente, creo que el tema de la cantante y el futbolista no se ha agotado. No he visto, menos leído, por parte de quienes han criticado el “cotilleo”, la “chismografía” en palabras nuestras, que se hayan dado cuenta de algunos elementos considerados novedosos e interesantes para analizar. Llama la atención, en primer lugar, lo que la filósofa existencialista Simonnne De Beauvoir había anotado, en su libro, “El Pensamiento Político de la Derecha”. Estaba convencida la francesa de que, esos chismes no gustaban al proletariado, ni a los campesinos, tampoco a la gente común. Decía que, sólo a la burguesía interesaba este tipo de información noticiosa. Afirmaba que, “la derecha no tenía de qué hablar, tampoco de qué ocuparse”. Por eso ese tipo de comentarios eran exclusivos del sector conservador. Podemos observar en la práctica,  criterio de la realidad para llegar a la verdad: sus afirmaciones fueron y son falsas. Todo aquel que tiene acceso a los medios y a las redes, comparte, muy a gusto, este tipo de suceso. No vale la distinción de izquierdas y derechas, de ricos y pobres, menos de negros, mestizos y blancos tan proclamadas por la existencialista francesa; ella afirmaba que el tema era de interés solo para la burguesía. Lo que creo es que la vida de ellos, (su pareja era Sartre) en esa década de los 40, era sin duda un escandalo. No solo los periódicos sensacionalistas y amarillistas se ocupaban de esa historia. El mundo de aquella época no compartía ninguno de los postulados, menos la forma de vida, que la novelista y el padre del existencialismo compartían.

Me gusta conocer y saber sobre la vida de los intelectuales, de los artistas, de los deportistas, de la realeza y por supuesto de los políticos. ¿Farandulera? Es probable, pero como periodista disfruto con la lectura de todas esas historias cotidianas. Como he dicho insistentemente, “le pasó a él, a ella, me puede pasar a mí”. Ese es el punto fundamental de lo verosímil que resultan estas historias.

Interesante: historias recientes, han acaparado el mundo de la “prensa rosa o del corazón” así la llaman en la Madre Patria. En el caso de las canciones de Shakira, buenas y con intensidad, se pone de manifiesto una de las emociones humanas más terribles: la venganza. Después de todo el anecdotario que se ha hecho sobre el tema, no hay mucho más que decir. No obstante, a mi me parece, hay que analizar la enorme cantidad de gente- especialmente féminas- encantada por la venganza de la cantante, sin que les importe, que la “otra”, Clara, por el estrés terminó en una clínica. “Bien hecho, han dicho”.

La “venganza es un plato que se debe comer frio”, se dice. La cuestión, amables seguidores y contradictorios lectores, es que la venganza se ha utilizado increíblemente en política: se llama voto castigo. Específicamente en Venezuela y en otros países de América Latina, “siguiendo el ejemplo que Caracas dio”. Sin embargo, nuestra experiencia es: los castigados somos nosotros, los supuestos vengadores-castigadores. El efecto de lo que padecemos, proviene de un “voto castigo”. Considero que lo opuesto a la venganza es el perdón. Tarea no fácil. No obstante, preferible a la ira desatada que hace cometer múltiples errores y dar pasos equivocados. Lo que vivimos al día de hoy, un desastre. Lo más sano pienso con una larga vida a cuestas, es que se haga justicia. No sencillo, pero sí más saludable, sanador y reparador de muchos entuertos.

Lograr cambios en democracia, hacer justicia, re organizarnos todos es fundamental. Para reconstruir a Venezuela hace falta mucha decisión, preparación, formación y coraje. No es fácil sacar al país del hoyo donde lo han hundido. Más angustiante todavía, la mentalidad de no apreciar el trabajo, la meritocracia, la ética de cada ciudadano. Es un tarea fuerte y necesaria que deberemos acometer sin ningún tipo de acción egoísta o personalista. Mucho de lo que ha pasado es por dejar de lado la justicia y vengarse por mano propia. No sirve, no funciona y no se logra nada. No es casualidad que en la antigüedad imperaba la Ley del Talión, “ojo por ojo y diente por diente”. Así sería de complicado y negativo, que surgieron otras leyes y códigos en la medida que los humanos se fueron civilizando. De allí la grandeza de la ciencia jurídica y los avances en materia de Derechos Humanos. Ciertamente, son lentos, ningún proceso penal o civil puede ser apurado, deberemos hacer nuestra la consigna “festine ralenti”, apúrate despacio, del antiguo derecho romano.

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