28Mar2024

Esperanza y frustración

Por: Gloria Cuenca  |   5 Jun, 2023 - 10:18 am

Cuesta trabajo aceptar que nos hemos vuelto un país pobre en todo sentido. ¿Será que fuimos ricos alguna vez? Arruinado, abandonado y con migrantes, cuando siempre fuimos receptores de gente que venía de otros lares, gracias a nuestra prosperidad, buen trato y solidaridad con los que buscaban trabajo, paz y concordia. Parece mentira todo se ha trastornado. Quienes eran perseguidos y obligados a salir de sus respectivos países en busca de libertad y bienestar, aquí encontraban lo que ansiaban. El Socialismo del Siglo XXI acabó con nuestro maravilloso país y la vida se nos ha complicado intensamente. Es difícil, especialmente para la gente de mi edad, que vivió y conoció otra Venezuela, aceptar el rumbo y el desarrollo de los acontecimientos.

En medio de esta catástrofe que padecemos se ve una luz al fondo del túnel: habrá elecciones en la Universidad Central, nuestra Alma Mater. Con decidido entusiasmo, grandes ganas de votar y la mejor energía del momento, nos dirigimos a “la casa que vence las sombras”. ¡Qué alegría! Es una fiesta de la democracia y de la autonomía. Un reencuentro maravilloso. ¡El tiempo se detiene! Un río de personas, alegres, confiadas y felices nos reunimos para celebrar la libertad, la democracia y la autonomía. Los exalumnos, los colegas, los profesores, activos y jubilados, intercambiamos bromas, nos reconocemos a una sola voz: somos ucevistas de hoy, de ayer, de siempre. Fue maravilloso. Sin embargo, como se dice: “de lo bueno poquito”. Al poco tiempo de estar en las formidables colas no hay movimiento y no comienza el proceso. Todavía confiados y alegres, sin embargo, no se percibe la acción para que se empiece a votar. Sigue llegando gente. Sin embargo, no hay información, se amplia la incertidumbre y empezamos a darnos cuenta de qué, algo esta fallando. Algunos profesores, logran conseguir unos datos: “no han llegado las planillas” (primera versión), luego, “fue que las planillas se mojaron” (segunda versión), y al fin, (tercera versión) “llegaron las planillas y no alcanzan”. Aquí aparece la frustrachera: ¡frustración con rabia!

¿Qué es esto? De inmediato, comenzamos a buscar más información. Preguntas van y vienen. 25 años de opacidad informativa han logrado que se descuide y se olvide la trascendencia de la información, (recuérdese, un dato reductor de incertidumbre). Llega la decisión: “La Comisión electoral suspendió el proceso”. La confusión alcanza altos niveles y lo sabemos, “río revuelto ganancia de pescadores”.

Los anti autonomistas, autoritarios, personalistas y los ingenuos,  quienes no saben, ni conocen cómo son las cosas en verdad, en una mezcla insólita y dañina, la arremeten contra la Rectora, como si de ella dependiera la votación y empiezan a gritar, a vociferar: “Renuncie, renuncie”. Agresivamente, se meten donde esta sesionando el Consejo Universitario e irrespetan a las autoridades. Recuerdo, de inmediato, y claramente a los “tomistas del 2001”. Así actuaban y lo que buscan es transformar la UCV en una universidad mediocre como la mal llamada Bolivariana. Los conocemos, no se equivoquen. Pretenden que se entregue en bandeja de plata la Universidad al régimen. Con más de 50 años en la UCV, adelanto lo que creo que hay en el fondo de toda esta bochornosa acción. Es una especulación y así lo digo. Hay otras explicaciones, esta es la mía.

Si los amables seguidores y los contradictorios lectores tienen buena memoria, deben recordar el 16 de julio del 2017. Fue una jornada democrática, cívica, sin el CNE y organizada por las universidades, con la UCV dirigiendo todo el proceso. Venezuela entera votó. A las 7 de la noche se cerraron las mesas y casi 2 horas después se sabían los resultados. ¿Lo recuerdan? Fue apoteósico: lleno de optimismo y alegría. Sí se pudo gestionar esa jornada con éxito, ¿cómo no hacerlo ahora? Parece que hay una combinación de factores:  desorden, improvisación, ineficacia, exceso de confianza por parte de algunos y hasta una cierta desidia; todo condujo a ese fracaso en el proceso electoral universitario. Si hubo o no, una mano peluda entre los factores que condujeron a la situación ocurrida, se sabrá con rapidez. Se sintió en el ambiente, en medio de la alegría y el entusiasmo, esa posibilidad. La ingenuidad y la certeza son dos factores fundamentales a la hora de analizar lo que pasó. Flotó en el ambiente una atmósfera extraña: falta de transparencia y fluidez. Gente desconocida en puestos claves. Por eso pensamos mal. ¿Lo intuimos? No podemos probarlo, no queremos enredar más las cosas. Sólo advertir que no nos estamos chupando el dedo y estamos alerta. Veremos el 9 de junio como se desenvuelven las cosas. Estamos atentos y pendientes de todo lo que implica la Universidad Central para el país y el futuro de la democracia. Diremos, presente una vez más.

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