Más de un centenar de personas fueron detenidas y al menos diez agentes de seguridad resultaron heridos en Georgia en el marco de las protestas que han tenido lugar por segundo día consecutivo en varias ciudades del país, incluida la capital, Tiflis, como muestra de descontento contra el gobierno de Irakli Kobajidze, según fuentes gubernamentales.
“(Hasta) 107 personas fueron detenidas por las fuerzas del orden de conformidad con los artículos 166 y 173 del Código de Infracciones Administrativas por desobediencia a la petición legal del agente de Policía y vandalismo menor”, informó este sábado el Ministerio del Interior georgiano en un comunicado.
La misma nota señala que, además, diez empleados ministeriales “resultaron heridos por las acciones violentas de los manifestantes” y que uno de ellos permanece ingresado en un centro de atención médica “con quemaduras en distintas partes del cuerpo”.
Desde el Interior denunciaron enfrentamientos verbales y físicos entre las autoridades y los manifestantes reunidos en las inmediaciones del Parlamento, que “superaron repetidamente las normas establecidas por la ley de reuniones y manifestaciones”, lanzando contra los agentes de seguridad objetos como piedras, elementos pirotécnicos o botellas de vidrio.
“Los empleados del Ministerio del Interior, para restablecer la ley y el orden, utilizaron medios especiales establecidos por la ley”, aseveró el Ministerio en su escrito, instando a la ciudadanía a “abstenerse de realizar acciones ilegales y acatar las instrucciones” de las autoridades.
Segunda protesta
Georgia vivió este viernes la segunda noche consecutiva en la que parte de su población se echó a las calles de las principales ciudades del país, cargando contra Kobajidze por su decisión de abandonar “hasta finales de 2028″ las negociaciones para la adhesión a la Unión Europea, certificando así un rumbo afín a Moscú iniciado hace meses con la aprobación de una ley de agentes extranjeros similar a la aprobada por el Kremlin.
Las manifestaciones del jueves culminaron con cerca de medio centenar de detenidos, mientras que varias personas denunciaron golpes por parte de la Policía, incluidos periodistas. Por el momento, las protestas de este viernes avanzan sin grandes altercados, aunque la Policía ya ha hecho uso de cañones de agua para dispersar a las masas.