Dentro de una comisaría ubicada cerca del histórico castillo de Rambouillet, a 60 kilómetros de París, fue asesinada a puñaladas una funcionaria policial por un sujeto que resultó abatido tras el ataque.
Un portavoz de la policía nacional dijo a The Associated Press que aún no estaba clara la identidad ni el motivo del atacante, por lo que la Fiscalía Nacional Antiterrorista abrió una investigación.
Fuentes de la fiscalía de Versalles y fuentes policiales informaron a AFP que el presidente Emmanuel Macron no cederá ante lo que podría ser “terrorismo islamista”.
Según el diario Chicago Tribune, la presidenta de la región de París, Valerie Pecresse, declaró a la prensa que la policía “es un símbolo de la república. Es Francia. El rostro de Francia fue atacado”.
Al lugar de los hechos acudieron el primer ministro francés, Jean Castex; el ministro del Interior, Gerald Darmanin; y otros altos funcionarios para mostrar su apoyo.
La nación eurooccidental registró varios ataques mortales contra la policía anteriormente, entre ellos algunos lanzados por extremistas islámicos.