Muy pocos tienen la oportunidad, y más en tiempo de pandemia para adentrarse en la cotidianidad de una ciudad y más si es una ciudad europea como Montpellier, ubicada al sur de Francia . Los periodistas tenemos una capacidad de observación mucho más desarrollada, debe ser porque constantemente debemos describir las realidades y tratar de presentar las con la mayor objetividad del mundo.
Cuando se trata de reflejar las vivencias de una ciudad para una crónica de turismo, particularmente en estos momentos cuando el turismo se encuentra en cero en el mundo, es un reto. Al visitar esta ciudad no podemos olvidar el hecho de que aqui funciona la Faculta de Medicina mas antigua del mundo, tampoco sus Iglesias seas catolico o no , sus mercados y su gastronomía , mucho mas si se trata de Francia y yo le hablare de todo esto en varios segmentos , comencemos con la Catedral de Montpellier
Esta ciudad en plena Costa Azul tiene un importante patrimonio arquitectónico . Sería complicado elegir un edificio que la represente como sucede con otras ciudades, pero necesariamente hay que hacer mencion a la Catedral de San Pedro de Montpellier, en el corazón de la ciudad, la mayor merecedora de esta notoriedad.
La Catedral de San Pedro de Montpellier se encuentra al noroeste del Écusson, casco histórico de Montpellier, y a pocos minutos a pie de la Plaza Real del Peyrou, en un lugar de gran importancia histórica.
Contigua a la catedral se encuentra la Facultad de Medicina de Montpellier. Ésta es la facultad de medicina que más tiempo lleva funcionando de forma ininterrumpida en el mundo. Además, a pocos pasos está el jardín botánico de la ciudad que, creado para la facultad, es el jardín más antiguo de este tipo de toda Francia.
La primera piedra de la Catedral de San Pedro de Montpellier fue puesta en 1364. Por entonces tan sólo era una sencilla capilla del monasterio de San Benoît, que había sido fundado por el papa Urbano V. Era mitad del siglo XIV y los papas de Roma se habían trasladado temporalmente a la ciudad de Aviñón. La capilla se consagraría en 1373 y era tan robusta su estructura que recibía el apelativo de fuerte.
Al transferirse el obispado de Maguelone a Montpellier en 1536, convirtiéndose así en Catedral de San Pedro y reservando el resto del monasterio como habitáculos de obispos, la catedral se vería atacada constantemente durante las Guerras de Religión de la segunda mitad del siglo XVI.
Su arquitectura
La Catedral de San Pedro es en estilo gótico meridional y su nave se ha mantenido como desde el siglo XIV, aunque transepto y coro son del XIX. Su mayor característica visual en el exterior es el extraño porche sostenido por dos gruesos pilares terminados en punta frente a la entrada principal. Parecen elementos pertenecientes más a un castillo de Disney que a un templo católico.
Una vez dentro la iluminación es escasa, pero el espacio es acogedor. A la derecha en el coro se ven tres elementos neogóticos que datan del siglo XIX. Se trata del órgano de acompañamiento -el más pequeño de los dos órganos de la catedral-, el antiguo altar mayor principalmente realizado en ónice y la cátedra de cobre dorado.
Al lado opuesto se encuentra el gran órgano, encargado al mayor fabricante de la época, Jean-François L’Epine en 1778. Sus sonidos, al igual que los de las cuatro campanas de voltear y las tres de repique que tiene la catedral producen prácticamente los únicos sonidos que se escuchan fuera de horario de misa.
En el techo las vidrieras y especialmente los dos rosetones, el de los profetas y el de los apóstoles. Con un colorido impactante que es imposible de observar desde el exterior.
La Facultad de Medicina , la más antigua del mundo
En Montpelier, uno de cada cinco habitantes es estudiante o investigador. Aquí se encuentra la Facultad de Medicina más antigua del mundo en actividad. Se fundó en 1220 y desde entonces sigue en funcionamiento. En estas aulas estudiaron personajes ilustres como Nostradamus, Arnau de Vilanova, François Rabelais o Guillaume Rondelet, y su pujanza ha tenido históricamente que ver con la prominencia, durante la Edad Media, de sus científicos y médicos judíos y protestantes.
La facultad posee un museo de anatomía, creado a finales del siglo XVIII, con más de 5.600 piezas anatómicas hechas de cera y concebidas para enseñar a los estudiantes. Las colecciones han sido clasificadas como monumento histórico en 2004.
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