Mientras el ejército de Birmania celebraba el Día de las Fuerzas Armadas, varios integrantes de la localidad salieron en forma de protestas para desafiar la represión de la junta. Las revueltas han dejado al menos 91 fallecidos, entre ellos menores.
Este día se convierte en uno de los más sangrientos después del golpe de estado del pasado 1 de febrero, conducido por jefe del Ejército y de la junta militar, Min Aung Hlaing y hoy estaba en la celebración del DFA.
Según el portal Myanmar Now, las muertes fueron en las manifestaciones en la ciudad de Ragún y estados de Mandalay, Sagaing, Bago, Magwe, Tanintharyi y Kachin.
En un video de seguridad se puede ver cómo uno de los militares disparó sin ser provocado a una motocicleta que se desplazaba por la zona de protestas. En otra de las grabaciones, está un padre gritando desesperado que habían matado a su hijo.
Indican que los militares tomaron el poder con el pretexto de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, y que fueron declarados legítimos por los observadores internacionales, reseñó EFE.
Desde el golpe, la junta militar ha detenido a más de tres mil personas, incluida Suu Kyi y gran parte de su Gobierno, quienes se encuentran en su mayoría incomunicados.