Brasil vivió una jornada electoral de vértigo y Lula gana la presidencia con apenas un punto de ventaja, mientras que Bolsonaro que ha establecido dudas sobre los resultados a lo largo de toda la campaña ha mantenido en el limbo si reconocerá o no los resultados.
Con el 95% de apoyos ya contados, casi 120 millones de votos, Lula obtendría un 50,66% de los apoyos y adelanta por algo más de un punto a Bolsonaro, con un 49.34%.
El candidato izquierdista se ha situado en cabeza cuando el conteo rozaba el 70%, como pronosticaban los sondeos.
Más de 156 millones de personas estaban llamadas a acudir a las urnas para elegir entre dos modelos de país: el representado por el actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, o uno moldeado desde la izquierda por Lula da Silva, que aspira a la tercera presidencia.
Durante la jornada electoral, el Partido de los Trabajadores de Lula ha denunciado que la Policía Federal de Carreteras ha cortado carreteras para obstaculizar el tránsito de votantes lulistas.
Pero el presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, ha asegurado en una comparecencia pública que esos cortes no han impedido que la ciudadanía acuda a las urnas y ha descartado ampliar el horario de votación.
Los seguidores de Lula ya salieron a las calles a celebrar mientras Bolsonaro está en su comando y asegura no reconocerá los resultados.