Cali, la tercera ciudad de Colombia, amaneció este miércoles con el comercio cerrado y ley seca ordenados por la Alcaldía, que además reforzó la presencia policial en las calles tras los ataques terroristas de la víspera cuando las explosiones de tres motocicletas bomba dejaron dos personas muertas y 42 heridas.
La Alcaldía decretó el cierre de establecimientos de comercio desde las nueve de la noche del martes hasta las seis de la mañana de este miércoles, además de la ley seca que estará vigente hasta las cero horas de este jueves.
Según la Policía, este martes hubo 24 ataques en el suroeste del país, pues además de los tres de Cali fueron registrados 21 atentados en varios municipios de los departamentos del Cauca y Valle del Cauca.
Todos los ataques dejaron ocho muertos y fueron atribuidos a las disidencias de las FARC al mando de alias «Iván Mordisco».
Por eso la Gobernación del Valle del Cauca y la Alcaldía de Cali convocaron un consejo extraordinario de seguridad al cual invitaron al presidente colombiano, Gustavo Petro, que este miércoles estará en Cali para participar en una manifestación convocada por centrales obreras para apoyar su idea de convocar por decreto una consulta popular para aprobar su reforma laboral, rechazada en el Senado.
El alcalde recibió la noche de este martes en el aeropuerto a cien nuevos policías que llegaron para reforzar la seguridad en esta ciudad de más de 2,5 millones de habitantes en su área metropolitana.
Entre las medidas tomadas por las autoridades está también el reforzamiento del patrullaje policial en las calles, la alerta naranja en toda la red hospitalaria y una recompensa de hasta 600 millones de pesos (unos 143.300 dólares) por información que permita dar con los responsables de los atentados.
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