La entrega de remesas al país se ha hecho más común en los últimos meses y se puede evidenciar a diario con gran cantidad de personas que acuden a una reconocida agencia de envíos por medio de un banco estadounidense. Dada la alta migración de jóvenes, muchos adultos mayores son los que reciben dinero para poder comprar comida y medicamentos.
Ciudadanos consultados señalaron que gracias a las remesas han podido mantenerse un poco, ya que con lo que perciben de las pensiones, es completamente insuficiente. El promedio y la frecuencia con la que reciben el dinero pueden variar según las posibilidades de quien está fuera del país.
Irene Rodríguez, una ciudadana de la tercera edad, contó a El Periódico de Monagas que sus tres hijos están fuera del país y gracias a ellos, puede comprar los medicamentos para su esposo quien tiene un cólico nefrítico. Perú, Ecuador y España, fueron los destinos escogidos por sus hijos profesionales que debido a la situación y a la falta de empleo, tuvieron que emigrar.
“En marzo se fue a España la única hija que me quedaba aquí, es técnico en químico industrial, habla inglés y portugués, esperando que la llamaran de la Faja Petrolífera del Orinoco y eso nunca ocurrió. Ahora está cuidando ancianos mientras regulariza sus documentos. Mensualmente me pueden mandar entre 20 y 50 dólares, depende de lo que puedan”, narró Rodríguez.
Agregó que otra de sus hijas es instrumentista, trabajó en una empresa contratista en Punta de Mata, pero debido a la situación económica, la empresa cesó operaciones. Lamenta que mucha sea la juventud que se va de Venezuela buscando un mejor futuro y ayudar a sus padres.
“Tengo tres nietos que no conozco, dos en Perú y una Ecuador que está a punto de nacer. Es muy tremendo esta fractura de tantas familias y los venezolanos que somos tan unidos eso nos pega, tengo solo una nieta aquí en el país y es mi alegría cada vez que la llevan, es mi motivación porque uno se siente solo”, expresó.
Por su parte Viscenza Maicán, manifestó que desde hace dos años recibe remesas de su hijo mensualmente quien la ayuda con la comida, ropa y medicinas en caso de necesitarlas. Relató que el año pasado su hijo vino al país y le trajo varias prendas de vestir y calzado, mientras que de remesa puede recibir hasta 50 dólares al mes.
“Para mí es una gran ayuda porque si fuera por la pensión me hubiera muerto de hambre. Hace poco con lo que pagaron de pensión pudo comprar un aceite, un arroz, una harina, un espagueti y un poquito de café. Todos los meses me manda 30, 40 o 50 dólares que con eso es que puedo comprar comida”, dijo Maicán.