A más de un año de haberse suspendido las clases presenciales en escuelas y liceos, las tareas dirigidas han tenido un gran repunte en el país y Monagas no escapa a ello. El bajo salario que perciben los maestros, aunado a que muchos padres no pueden ayudar a sus hijos, ha hecho que las “escuelitas” se multipliquen.
Sin embargo, pagar este apoyo docente para muchas familias significa un gran costo y es que los precios oscilan los $10 mensuales que no todos tienen.
Pero ante esta situación, los maestros reciben alimentos como forma de pago, ya sea un pollo, víveres como azúcar, harina de maíz de marcas reconocidas, arroz, pasta e incluso detergentes.
La secretaria regional de la Federación Venezolana de Maestros Odalys Levell, expresó que las clases dirigidas se hacen una necesidad para quien tiene como para quien no, pagarlas. Esto se debe a que muchos padres no pueden ayudar a sus hijos, ya sea por tener que trabajar o por falta de preparación.
“Lo que hemos visto últimamente, es que los padres pagan con comida porque muchos no tienen para cancelar $10. Me imagino que en esas tareas dirigidas deben estar cumpliendo con las medidas de bioseguridad porque son grupos de hasta niños. Como mínimo se debe exigir el uso de tapaboca”, dijo Levell.
La vocera de la FVM en Monagas, cree que al paso que se va en cuanto al proceso de vacunación, es muy difícil que se cumpla la meta de inocular al 70% de la población.