En Venezuela nada es imposible para quienes pueden pagarlo y, de esta forma, a cambio de 40 $ es posible viajar hasta Puerto Ordaz desde Maturín en medio de la cuarentena radical.
“Por favor oríllese, vamos a revisar el maletero”, es la frase recurrente en cada alcabala de la carretera sur de Maturín a Bolívar, hacía donde, pese a la cuarentena, muchos se las ingenian para viajar cuando es necesario.
Hace casi 7 meses, el 13 de marzo de 2020, Venezuela comenzó una cuarentena social colectiva donde, entre otras cosas, se prohibió el paso de un estado a otro. Esto, si bien fue una estrategia para evitar la propagación del COVID-19, provocó que muchos ciudadanos se quedaran varados lejos de sus casas o que no puedan cumplir con sus obligaciones laborales o académicas.
La cuarentena, sumado a la dificultad para abastecer combustible ha hecho de un viaje tan común como desde Maturín a Bolívar, una tarea tan complicada como costosa.
Precio del pasaje
Con el Terminal Interurbano de Maturín cerrado para destinos lejanos, las opciones quedan reducidas a las agencias de transportistas ejecutivos localizados cerca de la Plaza Piar y la avenida Orinoco; en ambas, además de los 45 $ correspondientes al pasaje, les exigen a los pasajeros un salvoconducto que les permita viajar y una prueba negativa de COVID-19.
Dichas agencias, no viajan durante la semana de cuarentena radical.
Ante un escenario tan complicado, existen personas que hicieron de la carretera de Maturín a Bolívar y demás destinos, su negocio. “Algunos llegan a cobrar hasta 70 $ en la semana de cuarentena radical”, comentó un pasajero que prefirió mantenerse en el anonimato.
Así mismo, “nadie viaja por 30 $” pero “por 40 $, el chofer te tramita el salvoconducto y te busca a la puerta de tu casa”.
En Maturín, un litro de gasolina “bachaqueada” ronda los 2 $, por lo que se necesita invertir alrededor de 80 $ para llenar un tanque de 40 litros como el que nos llevó hasta Puerto Ordaz.
Sacando los gastos de la gasolina, los trámites y “lo de los guardias”, entre pasajeros y encomiendas un chofer puede ganar más de 100 $ por cada viaje.
Viaje de Maturín a Bolívar
“Salimos a las 5 de la mañana de un miércoles radical. La primera vez que nos pararon fue en Veladero”, ahí, cuenta el pasajero el chofer les advirtió que no dijeran que van pagando, sino que, “como dice el salvoconducto ustedes están viajando por trabajo”.
Después de algunas bromas por parte de los GNB, revisar las maletas y comprobar que el salvoconducto fuera legal “seguimos nuestro camino por una carretera desolada” donde, no es de extrañar, “nos pararon en cada alcabala”.
“Los policías son peores que los guardias”, cuenta el chofer “son más matraqueros. Los guardias solo ven el salvoconducto y, por obligación te revisan en Veladero y en el puente pero si vas legal no hay rollo. Los policías si se dedican con cada cosa, buscando cualquier pele para quitarte algo”.
Tras un recorrido lento para ahorrar gasolina, cuentan los pasajeros, en la alcabala del puente Orinokia para cruzar al estado Bolívar el problema fue la prueba del COVID-19.
“Ninguno tenía prueba y los guardias insistían en que era necesaria para poder ingresar al estado. Nos retuvieron ahí un rato pero como las doctoras no habían llegado para hacernos la prueba, nos dejaron seguir porque llegábamos hasta Puerto Ordaz y seguíamos hasta la frontera”.
Puerto Ordaz en cuarentena es otro mundo
A diferencia de Maturín, donde la cuarentena radical es mucho más estricta pese a que, según el gobierno regional, actualmente solo hay 60 infectados activos; Puerto Ordaz no se paraliza.
El transporte público funciona, al igual que varias de las industrias que, según Nicolás Maduro, deberían estar cerradas. Así mismo, las personas pueden transitar entre parroquias hasta la 1 de la tarde, cuando la única ciudad planificada de Venezuela se convierte en un “pueblo fantasma”.