“Acá las necesidades son notables desde que entras al sector, las condiciones en que vivimos nos hacen ser más pobres”, expresó la señora Luisa Lara, quien lleva 16 años viviendo en el sector Luchadores por la Paz, vía Viboral de Maturín.
El sector está conformado por al menos 150 viviendas, donde las calles aún son de tierra, lo que se vuelve un verdadero problema cuando llueve, ya que se vuelve un pantano intransitable.
Las carencias se pueden notar a simple vista, como la falta de servicios públicos básicos como asfaltado y aseo urbano, así como la ayuda gubernamental, ya que los pobladores viven en situación de vulnerabilidad.
En este sentido, María Sequera, madre de tres niños lleva seis años viviendo en un “ranchito”, construido a base de láminas, por lo cual pide ayuda para la construcción de una vivienda digna, donde ofrecerle una mejor calidad de vida a sus hijos.
“Cuando llueve el rancho se me inunda, siempre se me daña lo poco que tengo”, afirmó Sequera.
Los vecinos también comentan que cuando empiezan las lluvias viven una película de terror, se empiezan a inundar las casas, las vías se vuelven lagunas de barro y la electricidad empieza a fallar.
“Seguiremos luchando como lo dice el nombre del sector, y encomendarnos a Dios hasta que un día puedan brindarnos una mano amiga que tanto necesitamos y podamos vivir dignamente”, resaltó Laura Brito, fundadora de la comunidad.
Por último, los lugareños solicitan a los entes competentes que visiten el sector y den respuestas a las problemáticas.