Persignarse y encomendarse a Dios, así como rezar un Ave María, no solo es tradición para quienes viven en la urbanización Virgen de Coromoto en Maturín, es un clamor y una obligación debido a la realidad que constantemente deben afrontar.
La falta de iluminación, el retiro de los efectivos de seguridad y la maleza que se ha adueñado de los espacios del caño, es la guarida perfecta para que los amigos de ajeno se internen una vez cometido los actos vandálicos en zonas cercanas.
Quienes habitan en el referido urbanismo destacan que el puente se han cometido en el epicentro para cometer robos, principalmente en horas de la noche y la madrugada cuando las personas salen y regresan de sus trabajos ya que “no hay ni un bombillo brinde claridad».
La carencia de iluminación pública es la principal problemática a la cual hacen frente los habitantes de Virgen de Coromoto, al caer el sol el toque de queda voluntario y el resguardo dentro de los hogares es inminente.
Los afectados solicitaron a la municipalidad ser incorporados a los planes Maturín Brilla y de saneamiento de caños a fin de evitar una tragedia, bien sea por las lluvias o por la delincuencia, que los mantiene en constante zozobra.
En el lugar también se ha generado acumulación basura, destacan los habitantes que son los mismos vecinos quienes han convertido el área en un vertedero de basura debido a la poca presencia del servicio de aseo urbano.
Quienes habitan en los urbanismos Reina Paulina y Las Cayenas, también se ven afectados con la realidad antes descrita.