La señora Gisela Pérez llegó bien temprano desde Guanaguana, en el municipio Acosta, al centro de Maturín buscando un cajero electrónico que le pudiera dar efectivo, pero no lo consiguió, así que decidió entrar a la taquilla del banco para poder tener los bolívares que requería.
Esta misma situación la viven a diario los usuarios de cualquier entidad bancaria, ya que en la capital del estado Monagas, no queda un solo cajero que dispense efectivo. «De los cajeros electrónicos solo quedaron en el olvido», dijo la ama de casa cansada de caminar por toda la ciudad.
Si bien, son pocas las personas que manejan los bolívares en efectivo en la ciudad, quienes los requieren deben ingresar a un agencia bancaria para poder conseguirlos, porque ninguno de los cajeros electrónicos que siguen visibles dispensan billetes, la gran mayoría esta fuera de servicio y se encuentran abandonados y los pocos que sirven solo están habilitados para consulta.
Pero además de la evidente desaparición de los cajeros electrónicos, los usuarios han notado el cierre constante de sucursales bancarias en la capital del estado. En el centro de la ciudad han cerrado al menos siete agencias bancarias, lo que hace cada vez más difícil a los monaguenses puedan realizar diligencias en su banco.