El centro de Maturín volvió a reflejar este 24 de diciembre lo que hace muchos años no se vía, un mar de gente en las calles realizando sus compras navideñas de última hora para, los que pueden, hacer las hallacas, una pieza de ropa para el estreno y el Niño Jesús.
La afluencia de personas que colapsó el casco central también se debe a que muchas personas les cayeron el bono navideño otorgado por el Carnet de la Patria.
Hoy es imposible caminar por las aceras del centro y calles alternas; como la Monagas, porque están repletas de gente y de vendedores informales que buscan llevar el pan a su mesa.
María Quijada comentó que acudió este viernes al centro porque no tenía dinero y apenas recibió el bono se alistó para comprar un «poquito» de cada cosa para que no se pierda la tradición familiar, que es la cena de Noche Buena.
«Espero comprar un poquito de carne y aliño para adelantar algo. No es mucho pero en algo ayuda», dijo.
En este sentido, Rosa Gil aprovechó salir con uno hijo de 8 años para conseguir ofertas y comprarle un par de zapatos.
«La ropita ya la tenía solo le estaba faltando los zapatos. Me había quedado sin dinero y aprovechando el bono para que el niño recibida Navidad con todo nuevo», comentó.
El centro de Maturín no solo es estresante por la cantidad de gente que realiza sus compras, sino que el tráfico está infernal, muchos vehículos circulando por todos lados y ante la ausencia de semáforos el caos se acentúa; los choferes hacen lo que quieres y no respetan las señalas de tránsito.