Ante la ola de presuntos acosos escolares y sexuales que no salen a la luz pública, y otros unos tantos confirmados y evidenciados gracias a la Internet, mediante los medios de comunicación, redes sociales e inclusive, por la misma voz del fiscal Tarek William Saab, en Venezuela particularmente la población juvenil está en el hervor de las noticias nefastas, en este sentido.
Adolescentes golpeándose en plenas vía pública, como es el caso de las tres adolescentes ya imputadas por la Fiscalía Décimo Séptima del estado Miranda, sin miramientos por el dolor del otro, es el ejemplo más reciente.
Ante tanta muestra de maltrato físico, verbal y psicológico que viene «saliendo a flote» del periodo de cuarentena, y siendo esto un tema de sumo interés social, se ha presentado como invitada a Kenys Xiomara Figueroa Rodríguez, Terapeuta Familiar y Sistémica, Coah Profesional y Ontológico, PNL; en el Programa El Periódico con los Vecinos de Tu Preferida 104.5FM, conducido por la Licenciada Ernestina Herrera, donde se profundizaron el tema de acoso escolar y acoso sexual.
Actualmente en Venezuela, y en venezolanos emigrantes, ha brotado todo una agresividad dirigida de unos contra otros, sobre todo, en el grupo etario ubicado de 12-18 años, es decir, adolescentes quienes, con toda la fuerza que les caracterizan, muestran maltrato psicológico, verbal o físico producido entre sí mismo o por terceros, donde pueden poner en riesgo no solo sus vida, sino de cualquier inocente ajeno al hecho.
Bullying significa «acoso», y este puede ser escolar, sexual, físico, verbal o cibernético. Cualesquiera que fuese su forma de ejercer, siguen siendo menoscabo de la humanidad del otro. Figueroa sostiene que «los niños tienen una cierta crueldad en algunas edades… pero esto puede minimizarse con la educación en valores en y desde el hogar».
Esto reafirma lo que sostiene el Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje): «Ningún niño es agresor por naturaleza», afianzando la idea de que los niños se forman en acosadores desde el hogar, con quienes establece sus primeros contactos, es decir, básicamente, con sus padres. Por lo tanto, la crianza y educación en la casa y en valores es indispensable para disminuir y contrarrestar la inconforme situación.
Por otra parte, Figueroa asegura que «El bullying viene saliendo a la luz de unos años para acá, en otras época era silente», es decir, que desde años anteriores el acoso ha existido, solo que ahora se exterioriza con más frecuencia, precisamente, por el deterioro de la sociedad, por otra forma generacional de asumir los hechos.
Figueroa afirma que el acoso es un hecho que se repite de generación en generación. «Todo niño que hace bullying fue acosado… el bullying es un mecanismo de defensa… aquel que fue maltratado verbalmente, maltratará verbalmente a los otros… el bullying nace en el hogar… cuando algún familiar golpea, maltrata, se burla del otro… Falta conciencia del cuidado del niño, y, sí, generalmente, esto viene de las familias disfuncionales o de cualquier familia también», afirma.
«El bullying hace y se hace… es decir, si los padres sufrieron de bullying, los hijos hacen bullying a los otros, y eso es una afectación física y emocional».
En Venezuela no solo se está suscitando el acoso escolar, sino también el sexual. «Personas que persiguen a niñas o niños, por ejemplo, que tocan sus partes íntimas o que se atreven a realizar actos sexuales en su contra, también forma parte de acoso… Un esposo que mantiene relaciones sexuales con su mujer, que impone tener relaciones sexuales con su mujer sin que ésta lo contemple, es una violación, es un acto de acoso y consumación. Tanto la violación, como el acoso, es una forma de control», explica Figueroa.
Haciendo referencia a la idiosincrasia del venezolano, la Terapeuta Familiar y Sistémica, Kenys Xiomara Figueroa Rodríguez, indica que no es lo mismo «el chalequeo al bullying». De la jocosidad venezolana todos sabemos, pero una cosa es que «te digan: «gordita», y tú te sientas bien, te agrada cómo te lo dicen y quiénes te lo dicen. Eso es «chalequeo». Pero, si te dicen «gordita», en la manera como te lo digan, burlona, déspota, y sobre todo, que te cause dolor, donde dejo de comer, me deprimo… eso es bullying».
En referencia al comportamiento de los hijos actuales, de estos «jóvenes y niños de ahora», Figueroa sostiene que «los hijos son el reflejo de los padres… la generación de cristal está mal llamada así. No son los hijos, estos adolescentes, la generación de cristal, son los padres, quienes quieren ver a ese niño realizado que era en sus hijos… El padre, la madre, quiere vivir sus sueños a través de sus hijos, con toda la estructura de valores y creencia que rige la familia… estos hijos son hijos de aquellos padres que, por temor a ser burlados como ellos cuando pequeños, cuando adolescente, porque no tenían tal o cual cosa, se lo dan todo, le damos lo que no pudimos tener».
Ante la ambigüedad de cómo asumir la sociedad, donde unos padres educan en valores y otros no, y en donde no se puede «criar a los niños en una bola de cristal», la mejor opción en que se puede hacer es «hablarle a tus hijos… háblale mucho… hay que hacer un canal de comunicación, no desde el juicio, sino desde la aceptación… hay que preguntarle a diario a nuestros hijos: ¿Cómo estás… cómo te sientes… cómo te fue en la escuela?, hablarle mirándolo a los ojos. Pero también respetando sus momentos de silencio, si nada te quiere contar. Eso es parte del proceso «, explico Figueroa en su discurso.
«Lo bueno de esta generación es no tienen máscaras, no tiene filtro… hay que comunicarnos con nuestros hijos… estos adolescentes no tienen filtro y con esa sinceridad que los caracteriza hay que comunicarnos, hay que hablarles desde el corazón, enseñarles el respeto, en que hay que tener compasión por el otro, no hacer lo que no les gusta que le hagan», indicó Figueroa en un acto inequívoco de consejo para con nuestros hijos, como para «tocar la buena fibra de lo humano que hay en ellos».
Así como existen padres que «hacen espacio para comprar un teléfono celular, tomarse unas copas, ir a la peluquería, también deben tener tiempo para atender a sus hijos cuando de un tema se trate, en especial, como es víctima de acoso, o algunos de sus congéneres, de sus amistades.
«Es que no tengo tiempo, es una de las respuestas… señores, hay que hacer espacio. Y si es del lado contrario: Si mi hijo hizo bullying, hay que llamar la atención , preguntarse: ¿Cuál es la necesidad que tiene mi hijo, que hay allí, qué está pasando?», expone Figueroa en referencia a que, ciertamente, los padres tienen que hacer espacio y tiempo para atender a sus hijos, impartirles los valores necesarios para moldearlos como seres integrales, personas de bien, no maltratadores, sino humanizadas, empáticas.
La Terapeuta Familiar y Sistémica, Kenys Xiomara Figueroa Rodríguez, indica que está a disposición de los colegios, tanto públicos como privados, para impartir conversatorios y charlas sobre el Bullying escolar, el acoso sexual y otros temas afines.
Figueroa expresa que que da pena cómo existen «personas muy heridas tomando el liderazgo… de cara al futuro, no es sano para nadie», en referencia a quienes llevan la batuta en la educación de niños, niñas y adolescentes».
Prosigue Figueroa que , por esta razón, «es necesario, entonces, alzar la voz como representante, como docente consciente, como padres y representante, y aprovechar estos espacios que se brindan de orientación, comunicación e información sobre temas tan importantes como este».
También explicó Figueroa que ella ofrece dos espacios: «1. Mi ofrecimiento a asistir a las escuelas públicas y privadas a impartir conversatorios, y, 2. En consulta privada, para que el que quiera o necesite, puede asistir» y vivir un proceso de transformación y sanación, de tal modo que pueda compartirlo con su entorno.
Para mayor información sobre este tema y otros de interés, Figueroa ofrece su atención en el C.C. Palma Real, todos los días, de lunes a viernes de 8:0 a.m. – 2:00 p.m. También está el horario de lunes a viernes de 6.00 p.m. -7:30 p.m., consultorio Ahimsa, pudiéndola ubicar por Instagram: @viveconsciente y al correo; viveconscienteahora@gmail.com
Con redacción de Mariela Ramírez/Pasante