Hablar de Maturín y de su historia, es hablar de la acción transformadora de la fe cristiana católica en la ciudad que hoy se levanta como capital del estado Monagas. Desde el inicio, el cristianismo, comenzó el proceso para la creación de la urbe que hoy conocemos.
La sultana del Guarapiche, que en su momento fue catalogada por su fundador, fraile Capuchino Lucas de Zaragoza, como “Pueblo de Misión”, no ha perdido este rumbo, ni su esencia: la de llevar la Palabra de Dios a los sitios más recónditos de Maturín.
En Maturín, fundada oficialmente el 7 de diciembre de 1760, según Academia Nacional de la Historia de Venezuela, se comenzó desde entonces la evangelización masiva en la población del momento: Waraos, Caribes y Chaimas, hasta nuestra actualidad, donde se cuentan con la segunda iglesia más alta en Latinoamérica y una casa de formación para los consagrados a Dios, el Seminario Mayor San Pablo Apóstol.
A medida que se expandía el mensaje de Lucas de Zaragoza, la semilla de la fe daría resultados 127 años más tarde cuando entre 1884 y 1887 se erige la primera iglesia del pueblo, San Simón y San Judas Tadeo, siendo Simón el patrono de la ciudad. Este recinto que llegó a convertirse en la primera catedral de la ciudad naciente, contando con un estilo neogótico, con arcos diseñados en forma de ojiva, además de una torre central en la fachada.
La iglesia como institución social y de asistencia espiritual ha respondido en su deber de continuar el legado del Fray Capuchino, misión que entendió Monseñor Ramírez Salaverría, un gran ideólogo, que no solo se preocupó por transmitir el mensaje de Jesucristo, sino que también realizó aportes significativos para el sector educativo y demás espacios de atención a la población.
Al tiempo que pasaban los años, la misión de la Iglesia crecía como la dimensión social de la cristianización, por ello Monseñor pensó la ampliación de la iglesia San Simón, pero confió un nuevo proyecto a Dios, la creación de la iglesia que más tarde encomendaría a la protección de Nuestra Señora del Carmen, por ser una de las devociones más fuertes del maturinés.
Para el momento se levantaba la iglesia Santísima Cruz, San José Obrero y Santo Domingo de Guzmán.
A las afueras de la ciudad, Ramírez comenzó la edificación del proyecto que tardó 22 años para su construcción, la Catedral de Maturín, el ícono de referencia no solo de los habitantes de Maturín, sino de todos los monaguenses.
El templo con estilo románico es de forma de Cruz latina, con una cúpula de 18 metros de diámetros y una estrella de 12 puntas, siendo la representación del monte más alto, con el de Carmelo, para el encuentro con la Madre de Dios, la Virgen del Carmen.
Las torres, desde donde se pueden apreciar los cuatro puntos cardinales de la ciudad, tiene una altura de 62 metros, mientras que la de su estructura principal de 33.
El presbiterio cuenta con 7 vitrales donde están representados San Marcos, San Mateo, San José, Nuestra Señora del Carmen, San Simón, San Juan y San Lucas, quienes en su extremo inferior tienen el escudo emblemático de Venezuela y los estados orientales y en su extremo superior el símbolo que identifican los santos con un animal.
El 24 de mayo de 1958, el Papa Pío XII erige canónicamente la Diócesis de Maturín que comprende el territorio del estado Monagas, siendo el primer pastor Monseñor Antonio José Ramírez Salaverría, seguido de Diego Rafael Padrón y en la actualidad Enrique Pérez Lavado.
Esto ha permitido el pastoreo directo con el Vicario de Cristo con la Diócesis de Maturín, que ha promovido de igual manera emplear nuevos proceso de catequesis y de evangelización no solo en Maturín, como municipio, sino el resto de los municipios que conforman el estado Monagas.
Actualmente “contamos con una herencia donde cabemos todos”, así lo reflejó el sacerdote encargado de la iglesia, Samael Gamboa, quien además enfatizó que “la iglesia ha ido respondiendo en su deber de llevar la fe y la misión. Contamos un proyecto de renovación de Diócesis, el cual tiene metas claras para la evangelización”.
El religioso sostiene que la Catedral de Maturín es el ícono de referencia de fe y de identidad.
Agrega que debe ser cuidada por todos, con sentido de pertenencia por forma parte de la esencia de los ciudadanos. “Cuando una iglesia está descuidada y fea, así está la fe del pueblo”.
En este sentido agradeció el apoyo brindado por el Gobernador y la Alcaldesa en acondicionar los espacios interiores y exteriores del templo para los cultos y demás servicios religiosos.
El Seminario Mayor San Pablo Apóstol es una de las instituciones más importante de la Iglesia Católica.
Su misión es formar integralmente a los candidatos para el sacerdocio.
Fue fundado el 17 de noviembre de 1995 y desde entonces ha recibido a más de 400 jóvenes de distintas Diócesis; luego de 8 años de preparación, se han ordenado más de 30 que, actualmente, están al servicio del pueblo de Dios.
El seminario diocesano cuenta con la dirección de un equipo de sacerdotes: el Padre Josué Pérez, Rector; el Padre Cecilio Marchan, Director de Estudios y el Padre José Alberto Ramírez, Director espiritual.
Para este año formativo se cuenta con 25 jóvenes, de los cuales 17 son de Monagas; el resto proviene de las Diócesis de Carúpano, Ciudad Guayana y El Tigre.
Para cada semestre se cuenta con un claustro de eminentes profesores, laicos y sacerdotes: unos provenientes de la Universidad de Oriente y del Pedagógico de Maturín. La sede del Seminario actualmente está ubicada en El Silencio de Campo Alegre al lado del centro APEP.
Durante el tiempo de formación los jóvenes estudian filosofía (3 años) y teología (4 años) con la posibilidad de optar a ambas licenciaturas. Todos provienen de las parroquias eclesiásticas de nuestro estado, luego de haber hecho su catequesis de iniciación cristiana y haber terminado su proceso de discernimiento vocacional. La formación en el seminario es parte de la única formación cristiana propia de los discípulos de Jesucristo, particularmente llamados al ministerio sacerdotal.