“Lo que un día fue no será”, reza la canción de José José y que aplica perfectamente a la realidad que vive el municipio Piar, de forma particular su capital, Aragua de Maturín. El pueblo mayero se perfilaba como una potencia deportiva, específicamente en la disciplina del fútbol, sin embargo, las condiciones de los recintos deportivos poseen una realidad muy distinta.
En condiciones deplorables se encuentran los estadios de béisbol menor y de fútbol, situados en la entrada del sector Las Brisas, de la capital piareña. En el caso de ambos, la pintura tanto interior como exterior, da la impresión que los lugares fueron echados en el abandono y la valla publicitaria que da la bienvenida a los atletas parece una película de terror.
El coso deportivo de béisbol menor y que por muchos años sirvió como epicentro del campeonato vacacional de fútbol, hoy muestra su peor rostro. Las paredes perimetrales se están cayendo, bloques desprendidos y los portones de seguridad no están en su lugar; nadie sabe a dónde fueron a parar.
La cerca que divide el campo con las gradas también presenta problemas y ni hablar de los dugout. No existe agua por tubería (en realidad toda la comunidad está en sequía permanente), no hay iluminación y lo que debe ser un área de descanso para los atletas ha servido de baño público.
En relación al campo de fútbol, José “Chael” Leonett, el terreno es la propia “rodilla de chivo”. No posee sistema de riego y el desnivel está a la vista de cualquiera. El techo de las gradas ha empezado a desprenderse y la suciedad acumulada en las tribunas es notoria.
El pasado sábado, la alcaldesa de la entidad, Mariangelis Tillero, acompañó a los atletas del futbol y voleibol en una jornada deportiva, donde expresó que la municipalidad será una gran cantera deportiva no solo para el estado Monagas, sino para el país.
En este sentido, en los hombros de Tillero, recae una responsabilidad más grande que la del campo de fútbol de Aragua de Maturín; ya que su hijo creció en estos campos deportivos y en la actualidad es ficha del FC Pyunik, un club de fútbol de la ciudad de Ereván, en Armenia, razón por la cual está obligada a devolver el brillo de los cosos deportivos de la entidad que gobierna.