Tristeza produce al caminar por los pasillos de los diferentes centros comerciales en la capital del estado Monagas. Una economía golpeada y la pandemia del covid-19 llevaron a muchos comerciantes a bajar sus santamarías.
De 5 tiendas ubicadas en un mismo pasillo solo trabaja una y con poco personal. En otros espacios todas han cerrado.
Al consultar al encargado de uno de estos locales comentó que «al activarse las restricciones por más de un año producto de la pandemia y la casi nula afluencia de clientes, nos vimos en la obligación de mantenernos en casa o buscar otros espacios para producir”.
“La situación se puso ruda y aunque se ve un pequeño respiro en el poder adquisitivo del ciudadano de a pie, la primera opción es la alimentación”, indicó la fuente quien prefirió no identificarse.
Aseveró que “aunque nos hemos reinventado para atraer clientes y poder cumplir con gastos y pago de personal, es cuesta arriba”.