En plena acera de la avenida Bicentenario, a pocos metros del liceo Francisco Isnardi, en la ciudad de Maturín, se observan dos botes de aguas blancas donde vecinos de sectores cercanos buscan abastecerse del recurso hídrico ante las constantes fallas de este servicio público.
Leandro Silva, quien reside cerca de la calle Azcúe, manifestó que a diario sale con su carrito y cuatro botellones para llenarlos y llevar a su casa. Para ello debe hacer al menos cuatro viajes lo que le ha traído como consecuencia dolores en la columna y la cintura.
«Este problema tiene como dos años, antes iba a una toma cerca de mi casa, pero con esta situación de que casi todos los días cierran la planta ahora tengo que venir para acá. Es más lejos y obviamente uno se cansa más y se enferma», expresó Silva.
Afirmó que otros sectores cercanos también se ven afectados por la carencia de agua, por lo que incluso niños salen a llenar sus recipientes.