Desde el año 1998, la comunidad de la calle Cedeño celebra cada 8 de septiembre, la procesión de la Virgen del Valle con diferentes actos culturales. En esta calle, una de las familias que ha mantenido esta celebración religiosa, es la familia Fersaca.
Norma Fersaca es una de ella quien cuenta cómo son los preparativos de esta festividad los días previos al 8 de septiembre. Al menos desde el 29 o 30 de agosto comienza la planificación para venerar a vallita como cariñosamente se le conoce.
“Todos los años organizamos la fiesta, con mariachis, actos culturales, le hacíamos una torta. Esta procesión duraba varias horas porque recorre varias calles del centro. Los vecinos también colaboran, pero este año por la situación de la pandemia, no vamos a hacerle fiesta, la novedad será que las imágenes de la iglesia San Simón y de la Catedral de Maturín por primera vez nos van a visitar, algo que nunca había ocurrido”, contó Fersaca.
Los novenarios suelen comenzar el 30 de agosto en diferentes casas, sin embargo este año afirman que será de forma virtual. Cada familia desde sus hogares realizarán los novenarios, en que pide nunca perder la fe en Dios.
Rafael Mata, otro de los devotos de la Virgen del Valle en la calle Cedeño, cuenta normalmente la celebración la hacían en cada uno de los hogares, pero en un viaje que hizo a Caracas en 1998, compró una imagen de la virgen y al traerla a Maturín, su papá le dijo “a partir de ahora la fiesta va a ser en la calle”. Desde entonces, mantienen la tradición de manera ininterrumpida y afirma que es una de las más grandes procesiones del oriente.
“La fiesta tiene que ser religiosa porque estamos celebrando a la Virgen del Valle. Este año le pedimos por salud de todos, que se acabe esta pandemia que tanta tristeza ha causado a la humanidad”, expresó Mata.