La mañana de este miércoles 29 de mayo, el gobernador Ernesto Luna, encabezó los actos con motivo del lanzamiento de la Misión Abuelos y Abuelas de Patria, en el estado Monagas.
En una mañana donde el calor se hizo sentir, a las personas de la tercera edad se les brindó atención con servicios de odontología, oftalmología, medicina general, farmacia, esparcimiento, vacunación, peluquería, alimentación y hasta un área de spa fue habilitado para ofrecer relajación a las personas de la tercera edad.
En las palabras ofrecidas por el mandatario regional, resaltó que todas las instituciones del estado se encuentran abocados par brindar una mejor calidad de vida a los abuelitos, por lo que no descansaran en llegar hasta los últimos rincones del estado para ofrecer las atenciones requeridas, incluso si se trata de operaciones.
Afirmó que el programa social impulsado desde la presidencia de la república cuenta con ejes trasversales: Con los buenos días abuelo, sin patatús (revisión médica y entrega de lentes), gozando un puyero (vacunación), spa abuelos (relación, masajes y tratamientos faciales), emperifollados (peluquería y barbería), la botica (entrega de medicamentos, suplemento alimenticio y kit de aseo personal), retrato (fotografías y mensajes de agradecimiento) y el templete (esparcimiento y recreación).
Sin embargo, en Maturín y gran parte del estado la realidad no es del todo color de rosa. Cientos de hombres y mujeres que hoy día deberían estar disfrutando de su pensión con tranquilidad por los años de trabajo brindado a la nación, se han visto en la necesidad de volver a trabajar para sobrevivir ante una economía dolarizada y donde lo recibido del IVSS es de apenas 130 bolívares.
A criterio de Carlos José Villafranca, de nada sirve implementar una misión cuando al pasar de las semanas se abandona el trabajo y vuelven a quedar en el olvido, «ojala y no sea sólo porque vienen elecciones y quieren votos y nos van buscar a la casa», dijo el abuelo de 73 años en las inmediaciones de la plaza El Estudiante en la capital monaguense mientras vendía unos cambures.
Otros alegan que sobreviven gracias a familiares que se encuentran fuera de Venezuela y les envían remesas con los cuales pueden costar parte de los alimentos y las medicinas requeridas y con las cuales hacen frente a enfermedades como la hipertensión y diabetes.
Rafael Coa de 76 años aseguró que «todo los que ayude a nosotros los viejos es bien recibido». Destacó que aunque la pensión no le alcanza par sobrevivir se ayuda con lo que percibe por conceptos de bonos del sistema Patria. «Actualmente estoy en reposo y bienvenido lo que sea siempre sea para nuestro bien.
A lo largo de la venida Bicentenario y Bolívar de Maturín, es notorio ver la presencia de personas de la tercera, principalmente de mujeres, ofreciendo sus manualidades y dulces; en el caso de los hombres con carretillas en mano recorren la ciudad o se apuestan en los mercados para vender frutas, legumbres o mercancía de diferente índole.
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