La inflación sigue amedrentando a la economía Venezolana y para agosto los precios de bienes y servicios subieron un 10,6 %, una desaceleración con respecto al 19 % que se registró durante julio, según revelaron las cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
El diputado a la Asamblea Nacional (AN) de 2015, José Guerra, presentó los resultados mensuales de los estudios del observatorio y explicó que esta desaceleración guarda relación con una menor depreciación del bolívar frente al dólar, pues en agosto el tipo de cambio apenas incrementó 2,7 %.
«El costo del dólar aumentó 2,7 %, pero los precios subieron 10,6 %. Esto quiere decir que la inflación interna es mucho más elevada que los productos traidos a Venezuela desde el exterior», explicó.
Este es el resultado de un proceso de sobrevaluación del bolívar, en el que el valor nominal baja se deprecia y da la ilusión de tener un mayor poder de compra del que debería, por lo que los bienes locales suben de precio y resulta más conveniente importar productos.
«El Bolívar está teniendo más poder de compra externo que interno porque los precios en Venezuela suben más de lo que se deprecia la moneda. Los precios de los productos elaborados en Venezuela lucen más caros que los importados pese a aranceles mayores y gastos de transporte», explayó Guerra.
Las autoridades del sector de la economía nacional intentarían contener la inflación mediante la importación de productos más económicos que los disponibles en el mercado interno, una práctica que colapsa porque Venezuela no tiene suficientes reservas internacionales.
«El Banco Central de Venezuela está recurriendo al oro porque las reservas líquidas se están agotando para cubrir estas distorsiones», agregó el economista.
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