201 mil 572 personas murieron en Venezuela durante el año 2018, último año en que el país publicó su tasa de mortalidad. Esto quiere decir que 552 personas perdieron la vida cada día, lo que se traduce en 7 muertes por cada mil habitantes.
Según Indexmundi.com, Venezuela ocupa el puesto 102 en el ranking de mortalidad mundial, registrando más muertes que países tercermundistas como Haití, India, Surinam e incluso que naciones en guerra como Pakistán y Vietnam.
Además de tener una tasa de mortalidad alta, Venezuela también figura entre los 33 países más pobres del mundo, según el portal web Libretilia. De hecho, una infografía publicada por Statista revela que, para 2021, el suelo mínimo del venezolano es menos de 1$; lo que hace prácticamente imposible que un ciudadano de a pie pueda costear un paquete funerario.
Luisa*, dueña de una funeraria en Maturín que pidió no ser identificada, explica que sus paquetes van desde 200 dólares hasta unos “bastante costosos”. Sin embargo, la empresa cuenta con el servicio de “Previsión familiar” por 3 dólares mensuales.
Este servicio varía de acuerdo a la edad de quienes lo contraten; ya que, como explica Luisa “A partir de los 60 años es más alto el riesgo de fallecer”.
Pese a esto, son pocos quienes pueden pagar por este tipo de servicios porque “la situación está difícil para todos. No todo el mundo tiene 200 dólares”. La encargada explica que, por lo general, las personas agotan sus recursos pagan el tratamiento médico y cuando la muerte es imprevista es peor porque nadie contempla la idea de contratar una funerario cuando “se tiene otras prioridades”.
“Cuando eso pasa recurren a las autoridades competentes para que les donen una urna y ellos poder resolver”.
Una urna, dependiendo el material, cuesta entre 80$ y 100$; es decir 100 salarios mínimos, más de 8 años de trabajo para comprar “nuestra última cama”.
En cuanto a las fosas “en el Cementerio Municipal son baratas” dijo la empleada consultada; sin embargo, existe una sobrepoblación «gigante», sumado a las condiciones paupérrimas en que se encuentra el lugar de eterno descanso de nuestros difuntos.
En tal sentido, Luisa hace un llamado a las autoridades municipales para que “inviertan en esa parte donde no han querido invertir”, como lo es la tercera parte del cementerio.
Por su parte, el Parque Metropolitano Cementerio Jardín, una parcela de dos puestos cuesta 950 dólares “si se compra por previsión” pero, en caso de alguna eventualidad donde la empresa tenga que hacer trámites de última hora, enterrar a un familiar puede costar hasta 1.500 dólares.
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